El más reciente informe de la firma ODH indica que “incrementar los controles en la frontera (colombo-venezolana) agrega mayor riesgo al contrabando, lo que pudiese provocar un aumento en los precios de los bienes básicos, incluso puede tener un efecto similar sobre el dólar paralelo.l.
Los controles de precios que se mantienen en Venezuela y la fuerte devaluación del bolívar frente al peso colombiano generan serías distorsiones de precios en la frontera y hace que el contrabando siga siendo un negocio altamente rentable. “Por ejemplo, se reporta que un litro de leche que en Venezuela se consigue en 200 bolívares, se puede vender en 14.000 bolívares en Colombia; y que una pimpina de gasolina que cuesta un bolívar en Venezuela, es posible comercializarla en 15.000 en Colombia”, dice el informe.
El Banco de la República de Colombia informa que al 1° de septiembre de este año “un peso colombiano equivale a 240,62 bolívares, pero en la frontera Cúcuta, un peso colombiano equivalía apenas llega a 4,85 bolívares”.
La firma enfatiza que el contrabando de combustible ha sido un negocio rentable en la frontera desde la década de los ochenta debido al gran subsidio de la gasolina en Venezuela. “Con el boom petrolero del período 2002-2014 aumentaron aún más los márgenes de ganancia, lo que convierte al contrabando de gasolina en un negocio todavía más atractivo”.
ODH recuerda que en enero 2015 el presidente de la Cámara de Comercio de Cúcuta, José Miguel González, afirmó: “El contrabando sigue siendo una distorsión en muchos productos, pero sí creemos que se ha dado una reducción en la canasta básica”. Sin embargo, la consultora asegura que “se mantenía alto el contrabando de medicamentos, productos veterinarios y la gasolina”.
La firma también indica que hasta 2006 Venezuela fue el segundo socio comercial de Colombia después de Estados Unidos, pero la salida del país de la Comunidad Andina y una ruptura de relaciones entre 2009 y 2010, entre otros conflictos, redujeron el volumen del intercambio.
Cifras del Instituto Nacional de Estadística reflejan que las exportaciones de Venezuela a Colombia cayeron 82% entre 1998 y 2014, cita ODH. “Si bien las importaciones de Venezuela provenientes de Colombia de 2014 duplicaron las de 1998, estas representan apenas 6% del total de importaciones. Caracas y Bogotá congelaron relaciones diplomáticas en tres ocasiones entre 2005 y 2008, lo que ha impactado de manera tangencial las comerciales”.
Pero las tensiones han crecido desde 2009 y las discordias diplomáticas han afectado el flujo comercial, describe ODH. Por tanto, el cierre de la frontera, además de incidir en el flujo intrafronterizo, “pudiera impactar el flujo comercial total entre estos países vecinos y en medio de la coyuntura de inflación y desabastecimiento que vive Venezuela, esto sumaría más conflictividad a estos problemas, advierte la firma.
Preocupados
La Cámara de Integración Económica Venezolano Colombiana se declaró a favor del diálogo en aras de un futuro próspero para la frontera.
Anauco afirmó que el cierre de la frontera perjudica directamente la economía. “Los empleos se ven totalmente afectados, el comercio no es igual y los empleos seguros también están afectados”, dijo Roberto León Parilli.
El presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Paraguaná, Fernando Martínez, afirmó que el gobierno no pensó en las consecuencias. Sostuvo que no existe un criterio único sobre las causas del desabastecimiento en Venezuela.
El más reciente informe de la firma ODH indica que “incrementar los controles en la frontera (colombo-venezolana) agrega mayor riesgo al contrabando, lo que pudiese provocar un aumento en los precios de los bienes básicos, incluso puede tener un efecto similar sobre el dólar paralelo.l.
Los controles de precios que se mantienen en Venezuela y la fuerte devaluación del bolívar frente al peso colombiano generan serías distorsiones de precios en la frontera y hace que el contrabando siga siendo un negocio altamente rentable. “Por ejemplo, se reporta que un litro de leche que en Venezuela se consigue en 200 bolívares, se puede vender en 14.000 bolívares en Colombia; y que una pimpina de gasolina que cuesta un bolívar en Venezuela, es posible comercializarla en 15.000 en Colombia”, dice el informe.
El Banco de la República de Colombia informa que al 1° de septiembre de este año “un peso colombiano equivale a 240,62 bolívares, pero en la frontera Cúcuta, un peso colombiano equivalía apenas llega a 4,85 bolívares”.
La firma enfatiza que el contrabando de combustible ha sido un negocio rentable en la frontera desde la década de los ochenta debido al gran subsidio de la gasolina en Venezuela. “Con el boom petrolero del período 2002-2014 aumentaron aún más los márgenes de ganancia, lo que convierte al contrabando de gasolina en un negocio todavía más atractivo”.
ODH recuerda que en enero 2015 el presidente de la Cámara de Comercio de Cúcuta, José Miguel González, afirmó: “El contrabando sigue siendo una distorsión en muchos productos, pero sí creemos que se ha dado una reducción en la canasta básica”. Sin embargo, la consultora asegura que “se mantenía alto el contrabando de medicamentos, productos veterinarios y la gasolina”.
La firma también indica que hasta 2006 Venezuela fue el segundo socio comercial de Colombia después de Estados Unidos, pero la salida del país de la Comunidad Andina y una ruptura de relaciones entre 2009 y 2010, entre otros conflictos, redujeron el volumen del intercambio.
Cifras del Instituto Nacional de Estadística reflejan que las exportaciones de Venezuela a Colombia cayeron 82% entre 1998 y 2014, cita ODH. “Si bien las importaciones de Venezuela provenientes de Colombia de 2014 duplicaron las de 1998, estas representan apenas 6% del total de importaciones. Caracas y Bogotá congelaron relaciones diplomáticas en tres ocasiones entre 2005 y 2008, lo que ha impactado de manera tangencial las comerciales”.
Pero las tensiones han crecido desde 2009 y las discordias diplomáticas han afectado el flujo comercial, describe ODH. Por tanto, el cierre de la frontera, además de incidir en el flujo intrafronterizo, “pudiera impactar el flujo comercial total entre estos países vecinos y en medio de la coyuntura de inflación y desabastecimiento que vive Venezuela, esto sumaría más conflictividad a estos problemas, advierte la firma.
Preocupados
La Cámara de Integración Económica Venezolano Colombiana se declaró a favor del diálogo en aras de un futuro próspero para la frontera.
Anauco afirmó que el cierre de la frontera perjudica directamente la economía. “Los empleos se ven totalmente afectados, el comercio no es igual y los empleos seguros también están afectados”, dijo Roberto León Parilli.
El presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Paraguaná, Fernando Martínez, afirmó que el gobierno no pensó en las consecuencias. Sostuvo que no existe un criterio único sobre las causas del desabastecimiento en Venezuela.