Aylan Kurdi, el niño sirio-kurdo de tres años, cuya muerte durante el traslado en bote de Turquía a Grecia se han convertido en todo un símbolo de la tragedia de los refugiados de Oriente Medio, fue enterrado este viernes en su ciudad natal de Kobani, en el norte de Siria, informó la prensa turca.
La familia Kurdi escapó de esa ciudad, sitiada durante meses por el grupo yihadista Estado Islámico, en un intento de emigrar a Canadá, donde vive una tía del pequeño.
Aylan, su hermano y su madre se encontraban entre los doce sirios que murieron ahogados en el mar Mediterráneo hace tres días, después de partir de la ciudad turística turca Bodrum.
Los cuerpos de Aylan, su hermano y su madre fueron trasladados a Estambul anoche por una compañía aérea turca y de allí trasladados a esta mañana a Sanliurfa, en el extremo sur de Turquía.
Los cuerpos fueron llevados a Suruc, una ciudad turca fronteriza con Kobani, bajo estrictas medidas de seguridad y acompañados por el padre, Abdulá Kurdi, que renunció continuar su viaje hasta Canadá, aun habiendo sido invitado oficialmente por las autoridades de ese país norteamericano.
El padre agradeció a las autoridades turcas su ayuda y declaró estar “muy triste”, aunque se mostró incapaz de hablar más en esos momentos.
Reuters