El alcalde del municipio colombiano de Maicao, fronterizo con Venezuela, Eurípides Pulido, aseguró que hay una «inmensa preocupación» en la comunidad por los efectos que puede generar el nuevo bloqueo con el país vecino, puesto en marcha desde hoy, y ordenado por el presidente venezolano, Nicolás Maduro.
«Hay una preocupación inmensa, los ánimos no son los mejores en la zona de frontera y queremos transmitir el mensaje», declaró el regidor a la emisora Caracol Radio.
Maicao, que vive del comercio entre los dos países, se sitúa cerca del puesto migratorio terrestre de Paraguachón, en el departamento de La Guajira, que hoy amaneció cerrado por decisión de Maduro, para, según argumentó, «seguir avanzando con la liberación de delitos criminales paramilitares contrabandistas».
Paraguachón comunica el departamento colombiano de La Guajira con el estado venezolano de Zulia, donde se desplegarán 3.000 soldados y se decretará el estado de excepción por orden de Maduro.
Con esta situación, apuntó Pulido, se verá afectado el comercio en la frontera, del que vive Maicao, y muy especialmente la comunidad indígena Wayúu, que frecuentemente se desplaza entre los dos países.
El alcalde agregó que ya ha hablado con el gobernador de La Guajira, José María Ballesteros, para ponerle al corriente de la situación, y pidió al Gobierno nacional que preste al departamento «la misma atención» que ofrece en Cúcuta, cuyo paso con Venezuela fue cerrado por Maduro hace veinte días.
Desde entonces, según datos entregados hoy por la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), 1.467 colombianos han sido expulsados de Venezuela y 18.619 han abandonado voluntariamente el país vecino ante el temor de correr la misma suerte.
Además de Paraguachón y Cúcuta, Colombia y Venezuela cuentan con otro puesto migratorio terrestre en Arauca (Arauca), y uno fluvial en Puerto Carreño (Vichada), y el resto son cruces ilegales, muchos de ellos en zonas selváticas. EFE