Alberto Panietieri debía salir de Barajas a las 11 de la mañana del martes. Panietieri, un argentino de 57 años que hacía escala en Caracas para llegar a Buenos Aires, vio como retrasaban la hora de salida de su avión una y otra vez hasta que a las seis de la tarde lo mandaron, con su esposa y los otros 285 pasajeros, a un hotel de Madrid. Conviasa, que les pagó el alojamiento —unos fueron al hotel Compostela Suites y otros al Tryp Airport Suites—, no les devolvió las maletas, que desde el martes hasta la madrugada de este viernes estuvieron bloqueadas en un avión. “En el hotel comimos y dormimos, pero no teníamos ni mudas ni servicio de lavandería ni dinero para comprar medicamentos o ropa”, cuenta Brilan Capote, un venezolano de 27 años que como Panietieri ha aterrizado este viernes en Caracas..
El Gobierno de Venezuela, con su régimen de control de cambio, les permite utilizar a sus ciudadanos un máximo de 2.200 dólares (1.949 euros) de sus propios ahorros cuando viajan a un destino europeo. Para obtener la autorización deben presentar a las autoridades venezolanas el billete adquirido, de cuyas fechas toman nota. En el día programado para la vuelta, el Gobierno les corta el uso de las tarjetas de crédito en el extranjero.
De esta manera, desde el martes, la mayoría de los pasajeros no contó con un solo euro en su bolsillo. Capote aguantó desde entonces con unos pantalones, una camiseta, unas zapatillas y la ropa interior que llevaba puesta: “Me gasté todo el dinero porque pensé que el martes volvería a mi casa. He lavado la ropa interior en el baño del hotel y la he secado con el secador, pero no he podido hacer nada más”.
Los pasajeros pasaron todo el miércoles en los hoteles, esperando una llamada que no llegó hasta la noche. Conviasa les comunicó a última hora que su vuelo partía el jueves por la mañana. Desde entonces, les han retrasado una y otra vez la hora de salida, mientras que la aerolínea enviaba a los 287 turistas que tenían el viaje de regreso este jueves a los dos hoteles que ellos dejaron.
Este diario ha intentado ponerse en contacto con Conviasa y con la embajada venezolana, pero no ha recibido respuesta. La mitad de los afectados, mientras tanto, continúa en dos hoteles de Madrid a la espera de que la aerolínea le ofrezca una solución. Casi todas las 287 personas que debían haber partido el jueves para Caracas llegaron a España para pasar 15 días de vacaciones, pero, de momento, ya llevan 16. El Pais
Alberto Panietieri debía salir de Barajas a las 11 de la mañana del martes. Panietieri, un argentino de 57 años que hacía escala en Caracas para llegar a Buenos Aires, vio como retrasaban la hora de salida de su avión una y otra vez hasta que a las seis de la tarde lo mandaron, con su esposa y los otros 285 pasajeros, a un hotel de Madrid. Conviasa, que les pagó el alojamiento —unos fueron al hotel Compostela Suites y otros al Tryp Airport Suites—, no les devolvió las maletas, que desde el martes hasta la madrugada de este viernes estuvieron bloqueadas en un avión. “En el hotel comimos y dormimos, pero no teníamos ni mudas ni servicio de lavandería ni dinero para comprar medicamentos o ropa”, cuenta Brilan Capote, un venezolano de 27 años que como Panietieri ha aterrizado este viernes en Caracas..
El Gobierno de Venezuela, con su régimen de control de cambio, les permite utilizar a sus ciudadanos un máximo de 2.200 dólares (1.949 euros) de sus propios ahorros cuando viajan a un destino europeo. Para obtener la autorización deben presentar a las autoridades venezolanas el billete adquirido, de cuyas fechas toman nota. En el día programado para la vuelta, el Gobierno les corta el uso de las tarjetas de crédito en el extranjero.
De esta manera, desde el martes, la mayoría de los pasajeros no contó con un solo euro en su bolsillo. Capote aguantó desde entonces con unos pantalones, una camiseta, unas zapatillas y la ropa interior que llevaba puesta: “Me gasté todo el dinero porque pensé que el martes volvería a mi casa. He lavado la ropa interior en el baño del hotel y la he secado con el secador, pero no he podido hacer nada más”.
Los pasajeros pasaron todo el miércoles en los hoteles, esperando una llamada que no llegó hasta la noche. Conviasa les comunicó a última hora que su vuelo partía el jueves por la mañana. Desde entonces, les han retrasado una y otra vez la hora de salida, mientras que la aerolínea enviaba a los 287 turistas que tenían el viaje de regreso este jueves a los dos hoteles que ellos dejaron.
Este diario ha intentado ponerse en contacto con Conviasa y con la embajada venezolana, pero no ha recibido respuesta. La mitad de los afectados, mientras tanto, continúa en dos hoteles de Madrid a la espera de que la aerolínea le ofrezca una solución. Casi todas las 287 personas que debían haber partido el jueves para Caracas llegaron a España para pasar 15 días de vacaciones, pero, de momento, ya llevan 16. El Pais