Un disparo en la cabeza acabó este viernes con la vida de Cristóbal Carrasco, de 27 años de edad, cuando fue sacado a la fuerza de una discoteca en el centro comercial Los Chaguaramos. Los vigilantes del negocio de nombre Bashshar lo golpearon a la salida del establecimiento y luego lo arrastraron hasta la entrada del centro comercial, donde el joven fue herido de bala presuntamente por un efectivo de la Guardia Nacional Bolivariana.
Por el hecho hay dos uniformados de ese componente castrense detenidos, señalados como los responsables de la muerte del joven que actualmente se encontraba haciendo un curso en la Cantv y vivía en Los Chaguaramos con sus padres.
El jueves por la noche, Carrasco llegó al local nocturno con tres amigos, pero en el interior se presentó un problema. Una versión indica que el muchacho abordó a una mujer en la discoteca y eso desató un lío de faldas. Otra señala que le reclamaron porque estaba subieron los pies a una mesa.
Tras el incidente los vigilantes sacaron al grupo del negocio a empujones. En la puerta fueron golpeados, pero solo entre tres se fueron contra Carrasco, a quien luego llevaron arrastrado hasta la entrada del centro comercial, según contó su tío, Luis Carrasco.
En este lugar los vigilantes y el encargado de la discoteca pusieron al joven en manos de la GNB. Los funcionarios presuntamente también lo agredieron, hasta que uno sacó su arma de reglamento y le disparó.
En el sitio quedó el charco de sangre que le produjo la herida de bala en la nuca. Los mismos efectivos lo llevaron hasta una clínica en la zona donde murió. Este viernes comisiones del Cicpc acudieron para levantar evidencias del hecho y entrevistar a testigos.
Denunciaron agresiones
En el centro comercial algunos trabajadores denunciaron que este tipo de hechos se repiten con frecuencia en ese establecimiento, donde en otras ocasiones han sacado a clientes que golpean con un palo de madera forrado en adhesivo negro que tienen sujeto a un árbol frente a la entrada.
Un joven, discapacitado de la pierna derecha por un accidente, contó que la semana pasada fue víctima de uno de los vigilantes del local que le dio una cachetada para sacarlo porque había querido entrar y pagar su servicio, pero estaba tomado. Afuera, en la calle, lo interceptó una patrullaje del Cicpc de la que bajaron policías que sabían lo sucedido en la discoteca.
Dijo que lo llevaron secuestrado, fue golpeado brutalmente y luego lo dejaron abandonado en Plaza Venezuela. Cree que los dueños de la discoteca tienen acuerdos con la GNB y el Cicpc para agredir a las personas que sacan de allí empleando la violencia.
AA