En 2013, un grupo de científicos de la Universidad de Stanford, en EE.UU, enviaron desde el Cañón del Colorado una cámara hacia los límites entre el firmamento y el espacio, pero no pudieron hallar el dispositivo cuando este cayó a tierra.
Pero dos años después un senderista que caminaba por la zona encontró la cámara y logró ubicar a sus dueños. Las imágenes que había logrado captar durante los 87 minutos que duró su travesía por la estratosfera fueron reveladas.