Noel Álvarez*
Twitter: @alvareznv
La Educación y Seguridad Vial ha ocupado buena parte de mi vida, reconozco que no he escrito mucho sobre ellas, quizás debido a que la cantidad de problemas afrontados por nuestro país actualmente, hace que los asuntos coyunturales coloquen en segundo plano los quehaceres de cada día. En mi última columna traté la incidencia del factor humano en los accidentes de tránsito. Hoy quiero referirme a varios aspectos que tienen que ver con las actuaciones y actitudes de este factor frente al fenómeno de la circulación vehicular.
En los tiempos actuales, parece que las únicas batallas que se libran, son aquellas escenificadas sobre el asfalto de las vías públicas. Las cabalgaduras de los modernos guerreros son: las motos y los carros. Hasta ahora, por las secuelas de las batallas, los motorizados parecen estar perdiendo la guerra, el numero de heridos y muertos, así lo confirma. Inmerso en el trafico, montado en mi cabalgadura, me dedico a observar las actitudes del sector mas débil en teoría; me doy cuenta que los motorizados atraviesan velozmente las avenidas y autopistas, acelerador a fondo, full corneta y cero freno. Ellos deben pensar que tal como lo hacia el mago Merlín, con sus conjuros mágicos, las cornetas de sus motos pueden apartarles todos los obstáculos que se encuentran en las vías.
Para disminuir la epidemia en cuestión, voy a presentar una propuesta:: Eliminemos las Cornetas de las motos. Estoy seguro que si los despojamos de ese manto protector, ellos lo pensaran dos veces, antes de lanzarse a pecho descubierto en contra de los carros, en una batalla desigual cuyo desenlace ya todos conocemos. Esta medida, por si sola, podría reducir hasta en un 50% la pandemia que azota a los motorizados. Además, debemos estudiar otros mecanismos para reducir estas colisiones, antes de llegar al mas odioso, como es el de prohibirles la circulación por las autopistas y principales avenidas de las grandes urbes. Consideremos la posibilidad de asignarles un canal de circulación fijo, con el propósito de evitar que anden saltando de un canal a otro, imposibilitando que los conductores de vehículos puedan detectar a tiempo su presencia.
Concluyo ratificando mi convicción de que, el único mecanismo infalible que nos llevará al éxito en esta materia es: Implementar Educación y Seguridad Vial, como materia obligatoria, en todos los niveles de la educación. A través de la educación, mas que de la sanción, podemos concientizar a los conductores, de que el volante o manubrio en sus manos, es un arma, que mal utilizada, puede segar muchas vidas inocentes.
*Coordinador Nacional de “Gente” Generación Independiente