Ciudadanos han querido hacer el llamado al alcalde de Plaza, Rodolfo Sanz, de manera que esta obra forme parte del plan de mejoras de Guarenas
Pese a ser una propiedad definida como un inmueble dentro del casco central de la ciudad mirandina de Guarenas, sujeta a ciertas normas de remodelación, de acuerdo a ordenanza publicada en el año 1.977, la actual sede de la Curia Diocesana, se encuentra actualmente en pésimas condiciones y prácticamente derruida.
A propósito del llamado hecho por ciudadanos guareneros, preocupados por el destino de una obra que es pieza importante de la zona colonial del municipio Plaza, el equipo de este diario realizó un trabajo en las cercanías de la sede de la Curia Diocesana, situada en la calle Miranda con Regulo Franquiz, al inicio del conocido sector La Llanada, de Guarenas, residencia que había sido vendida a la iglesia, por parte de José Rafael Patiño Gutiérrez; y en el sitio personas como Ingrid Bermúdez nos indicaban que ciertamente allí se atienden requerimientos y actividades del sector católico local, sin embargo, la misma criticó el hecho de que se haya dejado perder la esencia de la fachada colonial.
Juan Garmendia y Nery Cerros también nos comentaron a su paso frente a la sede, que es una lástima que los techos estén derrumbados; y que el deterioro sea cada vez mayor. «Ojalá la recuperen totalmente porque es una casa con una antigüedad extrema, que además es parte de la identidad del guarenero», tal coincidían en indicar.
La señora Amanda Plaza, quien afirma residir en Guarenas desde los 3 años de edad, y la cual hoy cuenta con 67 años de edad, nos aseguró que desde muy niña admiró siempre el estado de la zona colonial de Guarenas, y por ello hoy siente que su ciudad está muriendo, al percatarse de que se han dejado perder estos valuartes históricos.
En la referida sede de la Curia Diocesana, que para su recuperación se requerirían acciones especiales, y normas específicas para que no se pierda la esencia de su edificación antigua, se puede ver cómo el techo está cayendo prácticamente a pedazos, y los accesos están en muy malas condiciones, además de que grafiteros han dañado la pintura de la fachada y las puertas.
Para muchos de quienes han querido hacer el llamado al alcalde de Plaza, Rodolfo Sanz, de manera que esta obra forme parte del plan de mejoras y recuperación hacia la Guarenas Cuatricentenaria, resulta insólito que un cartel a medio derrumbar define la obar como «Obispado de Guarenas-Curia Diocesana», cuando la iglesia ha permitido que la casa que antes fue propiedad de José Rafael Patiño Gutiérrez, hoy haya pasado a tal descuido.
Maura Yánez, otra de las personas consultadas, nos indicaba: «Más vale que el primer dueño de la casa no la hubiése vendido, seguramente su familia la tendría bonita y conservaría su condición de pieza de la historia colonial de Guarenas», culminó.
Janeth Solórzano
jsjsolorzano@gmail.com