El papa Francisco llegó este sábado a Filadelfia para la última etapa de su gira triunfal de seis días por Estados Unidos, donde oficiará una misa, se dirigirá a inmigrantes y saludará a miles de fieles durante un encuentro de familias católicas.
Se esperan para este fin de semana hasta 1,5 millones de personas venidas del mundo entero en esta ciudad a medio camino entre Nueva York y Washington en la costa este del país y que amaneció bajo medidas de seguridad impresionantes.
El centro de Filadelfia estaba completamente cerrado al tráfico desde la noche del viernes con militares y policías casi en cada esquina. Se colocaron largos vallados y algunas calles fueron bloqueadas con bloques de cemento, constató la AFP.
Tras aterrizar a las 09H45errizar en Filadelfia a las 09H45 locales (13H45 GMT) procedente de Nueva York, Francisco se dirigió a la Basílica de San Pedro y San Pablo, donde será recibido por representantes de la arquidiócesis de Filadelfia, parejas recién casadas, otras que lo han estado por 50 años y niños.
Víctor Vega y Carmen Mora, que viajaron desde Costa Rica, esperan que «el papa interceda por nuestras necesidades».
Inmigración y libertad religiosa
Por la tarde, Francisco dará un discurso sobre libertad religiosa e inmigración para unas 40.000 personas en el Independence Mall, ubicado en lo que se considera la cuna de Estados Unidos y lugar de la declaración de la independencia en 1776.
El plato fuerte de la jornada será su participación en el VII Encuentro Mundial de las Familias, en el Benjamin Franklin Parkway, donde se espera haya hasta 1,5 millones de personas.
Francisco saludará desde el papamóvil, felicitará a seis familias de distintas partes del mundo y enviará un mensaje, antes del cierre con fuegos de artificio.
El papa se despedirá de Estado Unidos el domingo, con la misa de cierre del Encuentro Mundial de las Familias, tras reunirse por la mañana con los obispos estadounidenses y visitar un centro correccional para jóvenes de entre 18 y 21 años.
Baños de multitudes
Desde su llegada a Washington, que incluyó una visita el miércoles al presidente Barack Obama en la Casa Blanca y un inédito discurso el jueves ante las dos cámaras del Congreso, Francisco ha despertado una verdadera fiebre con multitudes que lo han seguido a cada lugar en el que estuvo.
El viernes, el papa conmovió y asombró a Nueva York en un inolvidable día que incluyó un baño de multitudes en Central Park, un fuerte mensaje en la ONU contra la opresión financiera al mundo en desarrollo y emotivas visitas al Memorial del 11 de Septiembre y una escuela.
Francisco se despidió de la Gran Manzana con una misa para 20.000 personas en el célebre Madison Square Garden en la que llamó a la esperanza y la solidaridad.
Tratado como una estrella de rock, el papa se ha mantenido firme en sus principios de humildad y cercanía con los sectores más vulnerables, despertando la admiración de responsables de todos los colores políticos, la prensa y hasta los no católicos.
Desde desplazarse en un pequeño Fiat 500 rechazando utilizar vehículos grandes o lujosos, almorzar con los sin techo en Washington o visitar a niños y familias inmigrantes en el barrio desfavorecido de Harlem en Nueva York, el mensaje ha sido el mismo.
AFP