*** ¿Por qué volvieron a poner un rostro monumental de la virgen de Las Mercedes, a la entrada del pueblo de Río Chico, a un costo millonario, con la imagen colonizadora?
*** ¿Por qué no tenemos en Barlovento una virgen afro con sus labios sensualmente pronunciados, con sus grandes ojos como pepa de mamón?
Escribía Ramón Díaz Sánchez en su cuento medio racista titulado La virgen no tiene cara (1946), el caso de un esclavizado llamado Juan Soledad, quien tuvo el privilegio de que sus amos le dieran un breve tiempo libre para pintar. Juan Soledad comenzó a pintar una virgen, inspirado en «Nuestra Virgen de la Soledad». Cuando estaba pintando y llegó a la parte del rostro de esa imagen, el esclavizado pintor le vino a la mente el rostro de su ama. La ama se dio cuenta del proceso creativo de Juan Soledad, y ésta le dijo al pintor que le pusiera su cara. Pero Juan Soledad, en su soledad nocturna, cae en contradicción, preguntándose: “¿Le pongo o no el rostro de la ama o el de la virgen?”. Pero en ese momento estalla la rebelión de Juan Francisco de León en abril de 1749, provocando revuelo en la godarria caraqueña y la ama salió huyendo despavorida de la ciudad, y Juan Soledad no pudo concluir la obra, quedando la virgen sin cara.
¿Quién pone el rostro a las vírgenes? Generalmente, los escultores o pintores se inspiraban en sus madres, novias, amantes para colocar dichas imágenes en sus obras. También los patrones o patronas, como el caso de Juan Soledad, inducían a poner imágenes a sus dominados. ¿Por qué si la llamada “Patrona de Venezuela”, la virgen de Coromoto, se le apareció a un indígena, la esculpieron como una mujer española y no como el indígena se supone que la vio… que era precisamente una indígena? Los dominantes no podían permitir que una virgen fuese indígena, pues la interpretación hubiese sido otra de acuerdo a los patrones simbólicos y culturales del dominado para incitar a la rebelión
¿De quién era el rostro?
Esta semana se están celebrando las festividades de Río Chico, estado Miranda, conocido antiguamente como “el lunar blanco de Barlovento”, ya que en esa ciudad vivía la gran elite cacaotera de nuestra región en tiempos coloniales. Al parecer, la Iglesia Católica y la elite cacaotera o mejor conocida como “los grandes cacaos”, escogieron arbitrariamente la virgen de las Mercedes como protectora de los propietarios de las haciendas de cacao y sus esclavizados, ya que dentro del panteón católico, esta virgen era la imagen -por sus características misioneras-, la que más o menos se acercaba a los objetivos de dominación que tenía el poder económico y eclesiástico de nuestra región.
La virgen de las Mercedes supuestamente se apiadaba de los esclavizados en tiempos de las peleas entre musulmanes y cristianos, en el viejo territorio español. Eso, por supuesto, no significaba que la virgen llegara a realizar algún milagro para liberar a ninguno de los más de mil esclavizados que existían para ese entonces.
Instrumento de dominación
Según los datos que conseguimos en el Archivo Arzobispal, en los documentos de finales del siglo XVIII, en el Curato de Nuestra Señora de Las Mercedes de Río Chico, en El Guapo, la población esclavizada ascendía a 577, que sumada a la de Río Chico hacía un total de 1.021 esclavizados que representaban la mayoría de los habitantes. El papel jugado por la Iglesia de entonces era resignar a los africanos y sus descendientes a vivir en esclavitud y obediencia hacia el amo blanco y la sotana blanca del cura de turno.
Fue lamentable que en toda la historia colonial de Río Chico en ningún momento la Iglesia Católica, apostólica y romana se sensibilizó humanamente con la horripilante esclavitud a la que eran sometidas esas miles de almas. Por eso nos preguntamos si el 80 % de las y los esclavizados que vivían en esa región, que eran de origen africano, nunca se imaginaron que las imágenes en las cuales creían no reflejaban su ancestralidad africana, como sucedió con la Caridad del Cobre, la virgen Aparecida afrobrasileña, San Benito o San Martín de Porres.
¿Por qué no se imaginaron que la virgen de las Mercedes pudiera ser afro, como Santa Ifigenia que está en la Iglesia de Santa Rosalía de Caracas donde bautizaron a Simon Bolívar y nadie se acuerda de ella por estos días, ejemplificando un racismo religioso por parte de la Iglesia Católica? ¿Por qué no se construyó un imaginario de la semejanza como hizo Dios con Jesucristo?
Descolonizar las
imágenes dominantes
Si definimos lo que es “Santo”, concluimos que “lo santo” no es más que la imagen de quien se lo imagina y lo sacraliza, lo convierte en sagrado como a las vírgenes aparecidas de San Antonio o la virgen del espejo en Madre Cazanas, comunidades del municipio Páez, Barlovento… Ahora bien, ¿por qué volvieron a poner un rostro monumental de la virgen de Las Mercedes, a la entrada del pueblo de Río Chico, a un costo millonario, con la imagen colonizadora? ¿Por qué no tenemos en Barlovento una virgen afro con sus labios sensualmente pronunciados, con sus grandes ojos como pepa de mamón? ¿Por que nos denigramos en lo religioso definiendo estas fiestas como patronales, si la virgen de las Mercedes no era patrona de nada, no tenía fortuna?
El concepto del patrón es sumisión, pues detrás de la imagen de la virgen estaba el patrón y fueron los patrones o amos de esa época que impusieron el término “fiestas patronales” como definición de lo festivo colectivo, recordándole al pueblo humilde “que son patronales”, es decir, que son “las fiestas del patrón”.
En fin, son reflexiones producto de investigación y redefiniciones espirituales en proceso de desalineación y descolonización de las almas.
La voz de Afroamérica
Jesús “Chucho” García