Un estudiante de la ciudad de Simferópol, la capital de Crimea, salvó su vida dos veces por absoluta casualidad.
Primero escapó de la muerte gracias a que se desplaza unos instantes antes de que un automóvil se estrelle justo en el lugar donde había estado esperando el autobus.
Además, un sólido poste evita que el coche lo arrolle al deslizarse después de frenar.