A través de un comunicado, la Cancillería rechazó “categóricamente” las declaraciones de Greg Quinn, alto comisionado británico en Guyana porque “pretenden ocultar laverdad histórica que revela cómo su país, aprovechándose de la predominante condición de potencia imperial de la época, propició y ejecutó un fraude arbitral que violó la integridad territorial de Venezuela”.
A continuación el comunicado completo:
La República Bolivariana de Venezuela rechaza categóricamente las declaraciones del alto comisionado británico en la República Cooperativa de Guyana, Greg Quinn, acerca de la controversia territorial entre la República Bolivariana de Venezuela y la República Cooperativa de Guyana.
Las declaraciones del señor Quinn pretenden ocultar la verdad histórica que revela cómo su país, aprovechándose de la predominante condición de potencia imperial de la época, junto al gobierno estadounidense, propiciaron y ejecutaron un fraude arbitral que violó la integridad territorial de Venezuela, configurando uno de los casos de abuso del poderío imperial que más gravemente trasgredió principios cardinales del Derecho Internacional.
Llama la atención la sincronía, temporal y de contenido, entre las declaraciones del representante del gobierno británico y del representante del gobierno estadounidense sobre el fraude arbitral de 1899. Ambos se empeñan presurosamente en exigir respeto a un laudo urguido por manos de actores de sus gobiernos, desconociendo a la vez, el válido y vigente Acuerdo de Ginebra de 1966 como el instrumento jurídico vigente para regular la controversia territorial entre la República Bolivariana de Venezuela y la República Cooperativa de Guyana.
La República Bolivariana de Venezuela demanda a las autoridades británicas un genuino respeto al Derecho y les exige deponer su actitud anacrónica, muy similar a su nefasto legado de controversias territoriales, como resultado de su política colonial, depredadora y esclavista en África, Asia, América Latina y el Caribe, que conforma una vergüenza para la Humanidad y de la cual nadie podría sentirse orgulloso.