La serie de atentados suicidas se produjo después de que el presidente, Muhamadu Buhari, dijera esperar la «derrota final de Boko Haram como fuerza organizada de combate» para final de año
Cuatro mujeres se suicidaron con explosivos el viernes por la mañana cuando fueron interrogadas por varios soldados a la entrada de Maiduguri, Nigeria. En el suceso murieron al menos 18 personas, además de las cuatro mujeres que portaban los explosivos, según testigos, grupos de defensa civil y la Agencia Nacional de Gestión de Desastres.
Maiduguri, una ciudad que fue la cuna de la organización terrorista Boko Haram y que ahora es la base de operaciones de las fuerzas del gobierno que tratan de aplastar a los extremistas islámicos, ha sido golpeada por varios atentados, afectando de forma terrible a los civiles.
El atentado se produjo al amanecer, apenas unas horas después de que otras 30 personas murieran en la ciudad al estallar dos bombas cerca de una mezquita.
Los heridos de ese ataque fueron trasladados a un hospital. Un paciente yacía desnudo en un colchón manchado, con la cabeza envuelta en vendas, mientras varias mujeres angustiadas se asomaban por una ventana desde el exterior para verlo.
Veinte personas resultaron heridas —algunas de gravedad— en ese ataque del jueves por la noche, dijo el coordinador de la agencia para el nordeste del país, Muhamed Kanar. Se sospecha que los extremistas islámicos del grupo Boko Haram estaban detrás del atentado.
La serie de atentados suicidas se produjo después de que el presidente, Muhamadu Buhari, dijera esperar la «derrota final de Boko Haram como fuerza organizada de combate» para final de año.
El jefe del ejército de Nigeria indicó que es inminente una gran ofensiva contra Boko Haram. Una ofensiva de parte de una fuerza multinacional, con tropas de Nigeria y sus vecinos, se ha demorado por cuestiones de financiación y otras disputas.
Boko Haram busca el cumplimiento de una interpretación extrema de la ley islámica en Nigeria, el mayor productor de petróleo de África, con una población de unos 170 millones de personas, divididas casi por igual entre cristianos y musulmanes.
Vía AP