Una reunión de urgencia se realizará este martes por parte del Comité Ejecutivo (órgano de gobierno del fútbol mundial), donde emitirá una decisión probable sobre la apelación de Platini, últimas fechas para depositar las candidaturas a la presidencia: la FIFA afronta una semana importante en su intento por superar la peor crisis de su historia.
«El primer comité ejecutivo sin mi presencia en 40 años», subrayó Joseph Blatter, presidente dimisionario de la FIFA. Esta cifra provoca vértigo y dibuja con precisión el peso del dirigente suizo en la federación mundial, a la que entró en 1975, en la que se convirtió en número 2 en 1981 y que preside desde 1998.
La celebración de esta reunión extraordinaria en Zürich fue anunciada el 9 de octubre por la FIFA, el día siguiente del último capítulo del escándalo que la destruye: la suspensión durante 90 días de Blatter y Michel Platini, principal candidato a la suspensión del suizo, a causa de un pago «desleal» de 1,8 millones de euros del primero al segundo en 2011. Será el sustituto interino de Blatter, el camerunés Issa Hayatou, el que dirija esta reunión de urgencia.
En un principio parecía que tras el comité ejecutivo podría anunciarse el aplazamiento de las elecciones a la presidencia de la FIFA, previstas para el 26 de febrero, pero esta hipótesis pierde fuerza según se acerca el momento de la reunión.
La cuestión no figura en el orden del día oficial -lo que no quiere decir que no sea abordada- y la UEFA, con gran peso, anunció el jueves que la elección del nuevo presidente no debería ser aplazada. «No creo que el congreso (electivo) sea aplazado», señaló el propio Blatter el viernes.
Una certitud: el comité ejecutivo conocerá las primeras recomendaciones de la comisión de reformas de la FIFA, que busca restaurar la credibilidad de la institución, en las horas más bajas desde su creación.
No se sabe con precisión qué propuestas serán formuladas. Pero existen pistas: limitación de mandatos en la presidencia, proposición que rechazó la FIFA en 2014, además de transparencia en la remuneración del presidente, establecimiento de investigaciones éticas sobre los miembros del comité ejecutivo y una reforma de estructuras de la FIFA, con el fin de controlar al comité ejecutivo.