En los momentos difíciles de nuestra vida nos sentimos tan llenos de angustias y temores, que no sabemos qué hacer, pero la única solución para todos nuestros problemas es Jesucristo, nuestro Señor y Salvador.
Y antes que pienses o digas que yo no conozco tu problema, te diré que Dios si lo conoce y la Biblia dice en el evangelio de Juan, 18:27: “lo que es imposible para el hombre, es posible para Dios”.
Es fácil caer en el desánimo, la depresión y la tristeza, cuando nos enfrentamos a problemas personales, familiares, de salud o financieros.
Inclusive hasta los cristianos que hemos entregado nuestra vida a Dios y vivimos según sus normas, también somos afectados por esas circunstancias pero nunca debemos olvidar que tenemos a un Dios Todopoderoso, Compasivo, Misericordioso, Supremo, Amoroso, Eterno y Fiel.
Pablo dice en el libro de Filipenses, capítulo 4, versículo 13: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” y en Romanos 8:37, el Apóstol nos asegura: “Somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”.
Las aflicciones que atravesamos deben convertirse en un aprendizaje y por muy duras que sean las pruebas, todo lo que nos pasa es porque Dios lo permite, para que se pueda cumplir el propósito divino que tiene para cada uno de nosotros.
“Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada”, versículos 2 al 4 del capítulo 1 del libro de Santiago.
El cristianismo no es una religión, es declarar que Jesucristo es nuestro Señor y Salvador.
Dios te bendiga y te guarde. Hasta el próximo encuentro con La Palabra de Dios
Lic. Beatriz Martínez (CNP 988)
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