En el esclarecimiento de este asesinato puse todo el empeño posible, como es lógico, tratándose de alguien a quien le tenía una gran estima y respeto
Freddy Bernal | Aporrea.org
El pasado lunes en la madrugada, fueron abatidos, al resistirse a la autoridades cuatro (4) integrantes de la banda de delincuentes sindicados de asesinar al amigo, al hermano, al hijo y al compañero de lucha, Maicker Vásquez, quien entregó 15 años de servicio con constancia, eficiencia, honestidad y lealtad. Él más allá de arriesgar su vida en función de mi seguridad, constituyó una pieza esencial en mis actuaciones en la vida. Otros dos supuestos malhechores implicados fueron aprehendidos. En el esclarecimiento de este asesinato puse todo el empeño posible, como es lógico, tratándose de alguien a quien le tenía una gran estima y respeto. Sobre la culpabilidad de estos maleantes no tengo dudas, pero nadie crea, por favor, que me alegro porque hayan sido ultimados. Deseaba verlos a todos delante de un juez, dando la cara por sus terribles faltas. El que algunos de ellos hayan preferido morir antes que enfrentarse a un tribunal, da una idea de su catadura moral y peligrosidad, así como de la entereza del gobierno bolivariano al combatir la criminalidad.
Los cuerpos policiales, trabajaron sin cesar en la investigación respectiva, como lo hacen en muchos otros casos para acabar con la impunidad. No faltará quien diga que dar con el paradero de los asesinos de Maicker fue posible gracias a su amistad conmigo. Se equivocan, no es la primera vez que me esfuerzo en que se cumpla la Ley en un caso determinado. Lo he hecho otras veces, tanto como he podido y sin que medie ninguna relación personal, motivado por el dolor de una familia o la indefensión de unos niños huérfanos. Y lo haré cada vez que pueda, guardando silencio sin estar alardeando de ello, evitando ser acusado de buscar notoriedad y ganancia política. Esa motivación de luchar contra el delito, se la debo al haber sido formado en una familia en la que la honestidad y el respeto al prójimo son principios sagrados. También es producto, por supuesto, de mi formación profesional, antes de entregarme por completo a las tareas revolucionarias.
«Que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha …», dijo Jesús de Nazareth, pero esta vez hacer público, en testimonio de lealtad para con el amigo fallecido, sus familiares y deudos, el cumplimiento de mi palabra cuando afirmé, hace ya unos cuatro meses, que daríamos con los culpables de su muerte.
Descansa en paz, ahora si, querido Maicker, en tu memoria y la de tantas otras víctimas, me comprometo a no descansar hasta garantizar que los hogares venezolanos, no continúen siendo enlutado por el crimen.