La Palabra de Dios
Cuando Adán y Eva pecaron, Dios se apartó del hombre. Es decir, el ser humano murió espiritualmente.
En Génesis, capítulo 2, versículos 16-17, podemos leer: “…..puedes comer de todos los árboles del jardín, pero del árbol del conocimiento no deberás comer. El día que de él comas, ciertamente morirás”.
Pero el Padre Santo hablaba aquí de la muerte espiritual, ya que cuando Adán y Eva, incitados por el enemigo, comieron del fruto del árbol del conocimiento, no murieron físicamente sino que fueron expulsados del Edén, es decir fueron separados de Dios.
En el libro de Romanos, capítulo 5, versículo 12, podemos leer: “por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo y por medio del pecado entró la muerte, fue así como la muerte pasó a toda la humanidad, porque todos pecaron”.
Aquí las Santas Escrituras son bien claras, no hay ningún ser humano que pueda decir que es pecador, ya que desde el momento que nacemos ya traemos esa herencia pecaminosa de Adán y Eva que nos alejó del Padre Celestial.
Y porque ningún ser humano podía pagar el precio que pedía Dios para reconciliarse con la humanidad, envió a su Hijo Unigénito, Jesucristo, en imagen de hombre perfecto y sin pecado, para sacrificarse por nosotros, muriendo crucificado y resucitando, a fin de convertirse en nuestro Señor y Salvador.
“Quien llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros estando muertos a los pecados, vivamos a justicia y por cuyas heridas fuimos sanados”, leemos en el versículo 24 del capítulo 2 de la Primera Epístola de Pedro.
El cristianismo no es una religión, es declarar que Jesucristo es nuestro Señor y Salvador.
Dios te bendiga y te guarde. Hasta el próximo encuentro con La Palabra de Dios
Lic. Beatriz Martínez (CNP 988)
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