El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, condenó el jueves lo que calificó como ataques “imperialistas y emboscadas”, luego de que dos sobrinos de la primera dama fueron detenidos en Haití y llevados a Estados Unidos para enfrentar cargos por tráfico de drogas.
Franqui Francisco Flores de Freitas, de 30 años, y Efraín Antonio Campo Flores, de 29, fueron arrestados el martes en un hotel frente al aeropuerto de Puerto Príncipe por la policía antinarcóticos apoyada por la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA por sus siglas en inglés).
“La Patria seguirá su Camino, ni ataques, ni emboscadas imperiales, podrán con el Pueblo de los Libertadores, tenemos un solo destino..Vencer….”, escribió Maduro en su cuenta de Twitter @NicolasMaduro, en lo que pareció ser su primera referencia pública a la detención de sus parientes.
Los dos sobrinos de su esposa, Cilia Flores, fueron trasladados en avión a Nueva York para presentarse ante un juez, dijeron el miércoles personas cercanas al caso. Los documentos vinculados al caso no estuvieron inmediatamente disponibles.
Los hombres son acusados de intentar transportar 800 kilos de cocaína a los Estados Unidos, según dos personas familiares con el asunto citadas por el diario Wall Street Journal.
La noticia es un escándalo para la pareja presidencial, justo cuando se acercan las reñidas elecciones parlamentarias del 6 de diciembre, en las que por primera vez en muchos años la oposición llega como favorita en las encuestas.
La primera dama incluso es candidata por el Partido Socialista Unidos a ocupar un curul del parlamento.
El mandatario socialista tiene previsto dar un discurso en la tarde del jueves ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ginebra. El nombre de la primera dama aparece en la lista de la delegación que acompañará al presidente.
El Departamento de Estado de Estados Unidos ha dicho que más de la mitad de la cocaína producida en Colombia se trafica a través de Venezuela hacia Europa y Estados Unidos, en medio de lo que han descrito como un “ambiente permisivo y corrupto”.
El presidente Maduro niega esas acusaciones, calificándolas de una campaña de desprestigio que pretende empañar su Gobierno.
Flores, de 62 años, tiene una gran influencia en el gobierno de su esposo, con quien mantiene una relación desde hace décadas pero apenas se casó tras su victoria en las elecciones del 2013.
Reuters