El expresidente del Gobierno español Felipe González pidió que las próximas elecciones de Venezuela, el 6 de diciembre, se celebren con «igualdad de oportunidades para la oposición venezolana», una reivindicación que centró su discurso al recoger anoche el premio Líder de América en Washington.
Durante la ceremonia anual organizada por The Dialogue, que condecora a los actores políticos más influyentes del Hemisferio Oeste, Felipe González cuestionó el sistema político venezolano.
«¿Cómo puede una democracia sobrevivir con presos políticos, y con exiliados políticos como López, Ceballos, Ledesma? ¿Es que alguien ve una razonable igualdad de oportunidades entre el gobierno y la oposición venezolana, marginada, castigada, sin acceso a los medios de comunicación de masas, con estado de excepción que no permite el derecho de reunión para hacer una campaña?», se preguntó.
«En Venezuela no hay una dictadura, hay una tiranía arbitraria y nuestra obligación es decir ‘basta ya, acepten la democracia y las reglas del juego'», reivindicó entre aplausos.
Para González, «la esencia de la democracia está en la aceptación de la derrota», y por tanto el Gobierno venezolano debe brindar a sus opositores una «contienda razonablemente democrática».
Cuanto menos, el Gobierno de Maduro debería reconocer a sus opositores como interlocutores para pactar «la reconstrucción de un país devastado» en su economía y en su tejido social, ya que el país «no merece el aislamiento» que vive en la actualidad.
En apelación a su audiencia, integrada por 300 líderes iberoamericanos, el galardonado llamó a que «en cualquiera de los pactos internacionales en los que participa Venezuela, tendríamos que insistir en el diálogo».
Asimismo, Felipe González se defendió de los que le acusan de alinearse con la oposición venezolana: «Soy un verdadero demócrata porque daría lo que fuera para que los que no piensan como yo pudieran expresarse».
El expresidente del Gobierno español empleó el espejo de Cuba y la normalización de relaciones con EE.UU., así como el proceso de paz de Colombia, como ejemplos del triunfo del diálogo.
El otro premiado de la noche fue el empresario mexicano Daniel Chávez Morán, que dedicó el inicio de su discurso a Felipe González, por «demostrar que la mejor forma de generar riqueza es dándole un servicio social».
Chávez Morán también pidió para su país que trabajen juntos el sector público y privado por los valores de «democracia, transparencia y respeto a la ley».
Además, hubo un premio honorífico a Roberta Jacobson, la secretaria de Estado adjunta para Latinoamérica, que se congratuló de que la Administración Obama haya cumplido su compromiso de acercar posiciones con Cuba.
Por último, Bernard Aronson, enviado especial de EE.UU. al proceso de paz de Colombia, recibió un reconocimiento especial por su trayectoria. EFE