“Llegó tan hondo el beso que atravesó y emocionó a los muertos”
Miguel Hernández
Nelson Chitty La Roche
nchittylaroche@hotmail.com
El 6D estará aquí en unos días. Tendremos ocasión de escoger entre seguir con lo que tenemos o comenzar a cambiar. Fíjese bien amigo lector; votar por el poder de Maduro/Diosdado y su impresionante fracaso o tomar para usted, los suyos y los demás compatriotas otro rumbo. Y con respeto le pido incluya en su meditación ciudadana, las consideraciones que implica su voto para el resto de los conciudadanos.
No lo fastidiaré recordándole la gravísima situación que el país atraviesa y que usted a diario padece. Tome por favor consciencia de que estamos en el mismo barco la cuasitotalidad de los venezolanos, menos los afectos al régimen que tienen yates, aviones, camionetas, dólares y viajan permitiéndoselo todo. Inclusive delinquir a cuenta de ser familia del Presidente y de la “primera combatiente”.
Pensemos juntos en el futuro de nuestra nación. Respondamos en nuestro corazón y con nuestra racionalidad si resolveremos y progresaremos al son de frases huecas como esa; “no importa que no haya agua, que no haya luz, que vivamos en el miedo de una delincuencia que a veces aparece en nuestra misma calle o familia, que nos martille la policía, que el transporte sea un desastre porque tenemos patria…”
No habrá avance, desarrollo, ascenso social, mientras se discrimine, persiga y odie al que piense distinto que nosotros. Al que se atreva a decir lo que sabemos y callamos a ratos cobardemente. Vivir en la mentira nos desfigura y nos hace caricaturescos.
De eso se trata el asunto, pero también en el derecho que tenemos de aspirar no solo como personas sino como sociedad, como país a ser mejores, exitosos, prósperos. Duele constatar cómo nos hemos empobrecido frente a los vecinos Colombia, Ecuador, Perú, Panamá, sin olvidarnos de Chile, Uruguay o Costa Rica. El chavismo torpe, ignorante y demagogo nos africanizó y para cambiar los vientos debemos como pueblo corregir.
A menudo, en los estudios de opinión se lee que pensamos que las cosas van mal y con tendencia a peor pero, al interrogarnos sobre nuestra situación personal, decimos por orgullo que estamos bien. ¡No! No lo estamos, porque cuando la mayoría sufre, carece, escatima, no sale porque tiene miedo o ha sido víctima de robos, asaltos, asesinatos, no podemos estar bien. La vida no acontece en cada uno, sino en nosotros, y aislarse, segregarse, apartarse, no soluciona ni nos protege del entorno catastrófico en el cual moramos. Pararse más temprano no hace mejor el transporte público, solamente nos adelanta el ya difícil abordaje a costa del sacrificio cotidiano.
Nos sentimos bien al proveer los bienes que nosotros necesitamos pero si ello alcanza para nuestra gente, pareja, hijos, padres, ¿no nos sentimos mejor? Para tener más y vivir mejor, el conjunto humano global tiene que avanzar, competir, producir, destacarse y eso no se logra con limosnas y estafas educativas que quieren comprarte el alma antes que adiestrarte, capacitarte, entrenarte para que, con tu trabajo, tu esfuerzo, tu talento, destaques y consigas mejorar. No sirve de mucho un título de pacotilla que tú sabes es parte de otra farsa. La semana próxima mostraremos que participar y fajarse es lo adecuado.