Los últimos acontecimientos terroristas acaecidos en París y Mali, por manos de asesinos fundamentalistas, han empañado al negocio del turismo mundial, al crear incertidumbre de vida en los turistas.
Los viajeros de hoy, piensan dos veces en visitar destinos, en donde su vida puede estar en peligro, por más atrayentes que estos sean. Lo de París, doloroso, abominable, 130 muertos; lo de Mali, triste, desesperante, repudiable, 170 turistas secuestrados y tomados como rehenes, en un lujoso hotel, dejando como saldo 23 muertos, (2 secuestradores y 21 rehenes).
Estas acciones terroristas acometidas como otras por fundamentalistas seudo- religiosos, han pretendido llamar la atención del mundo con el signo del poder de la muerte.
El mundo, está sumamente turbado, por tan aborrecibles actos y ruega a Dios, que la paz y la convivencia entre los humanos reinen, por el bien de todos.
Repudiamos como integrantes de la familia turística, todo acto de barbarie, salvajismo, vandalismo, bandolerismo, ensañamiento, que se ejecute, en nombre de una religión, de un proceder doctrinario partidista, o de régimen gubernamental, ya que estos tipos de procederes atentan contra el bien común del ser humano en sociedad.