Motivos de tertulia.

QUÉ TAL CONTERTULIO. El terrorismo se está convirtiendo en una epidemia mundial. Los actos letales llevados a cabo por el Estado islámico en París.

Las amenazas a otras regiones, entre ellas, Estados Unidos y Rusia, sin mencionar a los separatistas vascos (están algo calmados) y otras organizaciones musulmanas con diferentes nombres, pero todas  violentas, tienen al mundo en vilo.

Ahora resulta que en nuestro país tenemos la amenaza de tal flagelo. Terrorismo político, con el sello de las bandas oficialistas. Caravanas, marchas, reuniones o manifestaciones pacíficas, han pasado de las amenazas a los hechos. Miguel Pizarro, en petare; Lilian Tintori, en Margarita y Guárico, donde le dispararon y afortunadamente no fue impactada; pero desafortunadamente, fue impactado el dirigente juvenil Luis Manuel Díaz, quien falleció.

Todo esto es producto de la irresponsable expresión ¡Ganamos como sea! “aceptable” en un borracho “esdientao” chavista, en un pasa-hambre chavista de franela 10 millones por el buche, que es idiota.

Pero no aceptable, en gente que ya no se cala esa vaina; en gente profesional clase media (que  desapareció); en gente amiga de uno, ante de la “revo” y ahora nos quieren agredir (como me ha pasado con gente muy cercana) pero, tenemos que aguantar,  como machos y machas, como hombres y hombras, según la real academia de Maduro; como oposición. Aguantar, hasta el 6 de diciembre en que saldremos, relativamente, de estos diputados complacientes, de este estado de cosas que nos acogota.

Digo relativamente, porque es una fase en la recuperación de la democracia.

El asunto es que la muerte del dirigente político opositor guariqueño no será investigada por los organismos a los que le compete tal investigación y mucho menos ante el hecho que, con el mayor desparpajo, la información que tienen que dar voceros policiales, la ofrecen al país dirigentes nacionales del PSUV. Ni hablar del Defensor del Pueblo, de esa parte del Poder Moral que carece de su más elemental sustancia: moral. Pero, como dice la canción de Héctor Lavoe: ese día llegará.

LUIS ALMAGRO dijo las verdades que todos sabemos. Pero las dijo, nada más y nada menos, que el Secretario General de la organización de Estados Americanos (OEA) y sí le pararon. Maduro se pronunció; el presidente del parlamento, no se iba a quedar atrás; Jorge Rodríguez, también ladró, como hacen los perros rabiosos.

Hasta el metomentodo, defensor de los colectivos, se metió en una cuestión que no es de su incumbencia.  Almagro no insultó a nadie.

Se dirigió a Tibisay Lucena, presidenta del CNE con el mayor respeto del mundo y de las cosas que dijo ninguna es mentira.

El fraude está latente. El pueblo se tiene que poner las pilas para sacar a los aplaudidores jala mecates. Almagro, quien no era muy conocido en el mundo político internacional porque apenas está comenzando, se está estrenando y entrenando en el cargo y la sacó de jonrón. Se ganó la admiración y respeto del mundo democrático.

Es el polo opuesto, la antípoda de aquel insulso.

FELICITAMOS en su cumpleaños al mejor tornero del mundo (jalar es bueno para la salud) el colombo-venezolano y extraordinario amigo, Manuel Suárez. Manuel tiene una forma muy particular de ejercer las relaciones públicas, tiene un letrero en su negocio que dice: Dueño Bravo.

Puro aguaje, porque es muy buen paisa. Su cumpleaños fue amenizado  por los músicos Ely Mujica, bajista y tercera voz del Trío Venezuela; Neftalí reyes, el mejor coplero que he conocido; Gustavo Acosta, que como cuatrista es insuperable; Luis Bermúdez, cantante de coplas orientales y Carlos Borges, excelente bandolinista.  Hasta pronto amigos. @adolfredocarril; ajcarrillo23@hotmail.com

Adolfredo José Carrillo

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