En una rueda de prensa, el jefe de Policía de la ciudad californiana de San Bernardino, Jarrod Burguan, identificó a los sospechosos como Syed Farook, varón, de 28 años y nacionalidad estadounidense, y Tashfeen Malik, mujer, de 27 años y nacionalidad desconocida.
Ambos fueron muertos por la Policía horas después del tiroteo tras una espectacular persecución que ha dejado como resultado una ciudad sitiada, con accesos por carretera cortados a cal y canto y una presencia policial masiva, incluidos helicópteros de vigilancia sobrevolando la zona de forma constante.
Burguan explicó que Farook era un empleado del condado que trabajaba en el edificio donde tuvo lugar la matanza y que el miércoles acudió a la fiesta que allí se celebraba con motivo de la Navidad, pero que abandonó el lugar “enfadado” para regresar después con su pareja y armado para perpetrar el tiroteo.
El sospechoso había trabajado durante cinco años como especialista en medio ambiente para el condado de San Bernardino en el Inland Regional Center, un centro de ayuda para discapacitados donde tuvo lugar el tiroteo.
El jefe de Policía explicó que la investigación les llevó hasta una casa en la localidad de Redlands (anexa a San Bernardino), en la que divisaron un vehículo sospechoso y se inició una persecución que terminó con Farook y Malik (las dos personas que viajaban en el coche) muertos y con un policía herido.
El agente no corre peligro, según las autoridades.
El hospital Loma Linda Medical informó de que dos personas están en estado crítico, sin detallar cómo se encuentran el resto de los heridos.
Alrededor de una veintena de agentes participaron en el tiroteo contra los dos sospechosos.
Aunque en un primer momento se habló de la posibilidad de que hubiese un tercer atacante -una persona fue detenida en el lugar del tiroteo-, la investigación se centra ahora en la hipótesis de que Farook y Malik fueron los únicos responsables de la matanza.
Vía EFE