El presidente ruso, Vladímir Putin, ordenó este miércoles a su Gobierno que demande ante la justicia internacional a Ucrania si ese país no abona antes del próximo domingo los 3.000 millones de euros que debe a Rusia.
Poco antes, el primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, había tachado de «estafadores» a los dirigentes ucranianos y había asegurado tener la impresión de que Kiev no pagará a Rusia.
A sólo cinco días del vencimiento de la deuda ucraniana con Rusia, el Fondo Monetario Internacional (FMI) resolvió cambiar su actual política de no tolerar atrasos a acreedores soberanos, una modificación que permitirá a Ucrania mantener el acceso a fondos del organismo si no hace frente al pago.
Ucrania se niega a devolver el dinero y exige a Moscú que se sume al acuerdo de reestructuración de deuda entre Kiev y sus principales acreedores extranjeros privados -cerrado en agosto y que incluye una condonación del 20 por ciento- y también amenaza con acudir a los tribunales si Rusia no acepta el ultimátum.
El Gobierno ruso, sin embargo, se niega a plegarse a las exigencias ucranianas y recuerda que no se pueden poner al mismo nivel los créditos privados y los concedidos por otros Estados.
En diciembre de 2013, Putin ordenó invertir en la deprimida economía ucraniana 15.000 millones de dólares, aunque Kiev solo llegó a recibir un primer tramo de 3.000 millones, ya que poco después la oposición europeísta derrocó al entonces presidente Viktor Yanukóvich y se hizo con el poder.
Las actuales autoridades ucranianas sostienen que el crédito ruso al expresidente fue el pago del Kremlin por la suspensión, un mes antes, de la firma de un Acuerdo de Asociación de Kiev con la Unión Europea (UE).
La economía de Ucrania se contrajo un 16,3 por ciento durante los primeros seis meses de este año.
Vía AFP