Mientras el PSUV recibía a los delegados del congreso con el fin de debatir planes para salvar la revolución, el Movimiento Revolucionario Tupamaro analizó la derrota del 6-D y solicitó reestructuración del gabinete; incorporación del Polo Patriótico al gobierno; “derrotar la corrupción en todas las instituciones que abarque las gobernaciones y alcaldías del país, caiga quien caiga”; desarrollar “una política agresiva de producción nacional”; colocar “nuevos actores con credibilidad”, y movilización del pueblo, publicó El Nacional.
El MRT detectó como errores “la infiltración permanente de individuos disfrazados de revolucionarios en instituciones nacionales, regionales y locales”. “La política de maltrato hacia nuestro pueblo no se hizo esperar y el proceso de alejamiento de importantes sectores del pueblo comienza a expresarse abiertamente. Se perdió la humildad en los revolucionarios y se impuso la burocracia, el clientelismo, la prepotencia, la autosuficiencia y el desprecio”.
En un comunicado el secretario general del MRT, José Pinto, exhortó a asumir las lecciones del 6-D con “suficiente gallardía y respeto, pero con un espíritu crítico y autocrítico”. “El maltrato, imposición, invisibilización hacia los partidos aliados logró que minimizaran su actuación en la escena política convirtiéndose en apéndice del PSUV. Las políticas públicas de ministros y directores contrarias al sentir popular provocaron una peligrosa desconectividad y, en materia comunicacional, se cometieron muchos errores que deben ser revisados”.