Luego de un “boom” petrolero como el de 2005 hasta 2013, cuando en Venezuela hubo una euforia política apalancada por los altos precios de la principal materia prima de exportación. Los grandes ingresos por la vía petrolera fueron usados a discreción de un partido político que logró una fuerte hegemonía del poder, al controlar todas las instancias políticas.
El gobierno de Hugo Chávez, que no sólo contó con ingresos petroleros nunca vistos en Venezuela, sino con un proceso de expansión monetaria que le ayudó a financiar internamente a una base popular de unas cinco millones de personas a las que les llegó con las denominadas “misiones sociales” -y que no eran económicamente activas como las 4,5 millones que formalmente laboraban para entonces en el sector privado y público-, infló una burbuja económica que estalló en 2015 y deja secuelas muy fuertes que marcarán por muchos años a los venezolanos.
Son estos los resultados que arroja la propuesta “revolucionaria” que fue llamada el Socialismo del Siglo XXI.
Destrucción del bolívar
La expansión monetaria quedó sin respaldo, luego que los precios del petróleo se desplomaran 68,5%, en 2014. Hugo Chávez llegó al poder y en Venezuela apenas había en circulante unos Bs. 22 mil millones de la moneda anterior. Hoy esta expansión es enorme y acumula Bs. 3,6 billones del dinero que fue reconvertido.
En 1999, con Bs. 50 del actual “bolívar fuerte”, un venezolano podía comprar un billete de US$ 100. La caída del bolívar comenzó con la implementación del control cambiario, luego que pasados los eventos del 11 y 12 de abril de 2002 y luego el paro petrolero de 2002-2003, Hugo Chávez decidiera restringir el mercado de dólares. Nicolás Maduro, llegó al poder en 2013, con un dólar en el mercado paralelo en Bs. 9.
Mayor pobreza
El valor del sueldo de los trabajadores venezolanos nunca había caído tanto como con el actual gobierno. Actualmente un venezolano gana US$ 10 al mes, al compararse el valor del salario mínimo con el valor del dólar en los mercados no autorizados, cuyo precio es el usado generalmente como referencia pese a las restricciones estatales.
Antes de la llegada de Nicolás Maduro al poder, el salario del venezolano se ubicaba, calculando con la misma tasa, unos US$ 97,69 para mayo de 2012.
La más alta inflación
Los daños a la economía surgieron del control de precios, la expansión monetaria y la política de expropiaciones y controles a las empresas. El gobierno se dedicó a controlar inventarios, despachos, producción, precios e implementó leyes que no permiten rentabilidad a las compañías, esto ha producido un cierre masivo de negocios que derivó en escasez de bienes producidos en el país, reportado hasta ahora en 65%.
Esto, aunado a la merma de importaciones del Estado por caída de ingresos petroleros, lo que ha afectado la disposición de divisas y de inventarios. El resultado es la inflación más alta del mundo, en 220%, arrojando grandes pérdidas a quienes tienen bolívares.
Mercado paralelo
Estas acciones terminaron convirtiendo a Venezuela en un gran mercado negro.
Hoy día una gran parte de la población, según empresas investigadoras 70% de los que hacen colas, se dedica a la reventa de productos. La gran mayoría de rubros “regulados” terminan revendidos a precios muy altos, a pesar de los operativos de miembros de la Superintendencia de Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde) y la Guardia Nacional, quienes finalmente terminan involucrados en el negocio por lo rentable. Lo mismo ocurre con el mercado de divisas.
Nota: Para el momento en que el presidente Nicolás Maduro asumió el poder, el salario mínimo de los venezolanos se estimaba en 97 dólares (calculado con el mercado negro), hoy en día se estima en 10 dólares.
Artículo de Alex Vallenilla en El Nuevo País