El Real Madrid derrotó al Rayo Vallecano por 10-2 con cuatro goles de Bale, hat-trick de Benzema, doblete de Cristiano y uno Danilo. El Rayo lo intentó, pero las expulsiones sentenciaron el choque e inclinaron la balanza para un solo lado.
En la capital española las cosas siguen agitadas, porque el equipo no es lo que fue y los resultados no se parecen a los conseguidos al inicio de temporada. Las derrotas del Real Madrid cada vez duelen más, por el mal juego y porque los rivales se alejan en la tabla. La sonora pitada al comienzo del partido dejó claro el descontento del público, pero el torbellino de emociones que siguió después nadie lo podía imaginar.
Las acciones se inclinaron por la banda derecha y Danilo tomó protagonismo. Una contra letal finalizada por el brasileño abrió el marcador a los dos minutos. Todo parecía favorable y color blanco, pero a veces la luz engaña. El Rayo comenzó a atacar y en 10 minutos se puso arriba con goles de Amaya y Jozabed; ambos de cabeza y por las desatenciones de los blancos. El color cambio a negro, pero rápidamente el rojo hizo su aparición.
La expulsión de Tito, por una dura entrada a Kroos, fue el momento que desencadenó todo lo ocurrido después. Danilo dijo presente de nuevo y de su centro llegó el primero de Bale, el galés de cabeza empató. Una falta (en la derecha, como no) propició una pelota parada que acabó en un centro al área y un penal de Baena sobre Sergio Ramos; tarjeta roja, por doble amarilla, y segunda expulsión. La mejor explicación es que solo él árbitro vio infracción, a favor de los merengues es que se cometieron uno cuantos penales más, pero por decencia el árbitro miro hacia otro lado en cada uno de ellos. Gol de Cristiano Ronaldo y el partido se acabó definitivamente.
Lo que siguió después fue una fiesta y entonces, invitados o no, muchos se montaron en la tarima. Bale completó sus cuatro goles, Benzema no quiso ser menos y se apuntó tres tantos, y Cristiano puso dos a su cuenta al agregar un gol de cabeza. Fueron 10 goles y pudieron ser más, pero el desatino y el árbitro dejaron la pizarra así.