Nunca está demás saber de estos dos destacados pintores mexicanos, y en especial de su vida amorosa. Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón -o Frida Kahlo- nació el 6 de julio en 1906, en Coyoacán, México, y Diego María de la Concepción Juan Nepomuceno Estanislao de la Rivera, más popular por Diego Rivera, originario de Guanajuato, nacido el 8 de diciembre de 1886.
Para el momento del nacimiento de Frida, Diego ya tenía 22 años de edad y viajaba a Madrid para perfeccionarse en su arte, estudiaba la pintura de grandes como Goya y El Greco. A pesar de la diferencia de edad entre ellos, se unen para vivir una relación signada por la infidelidad y el dolor, pero con un elemento en común: la entrega hacia un arte vanguardista, comprometido, autóctono y original.
1.¿Quiénes fueron estos dos genios?
Hija de Guillermo Kahlo –de origen alemán, fotógrafo, que emigró a México, del cual aprendió conceptos que aplicaría en su pintura un tiempo después- y de la mexicana Matilde Calderón, Frida fue la tercera de cuatro hermanas.
En su infancia, Kahlo se enfermó de polio, lo que la dejó con una pierna más delgada que la otra porque no se desarrolló bien. Además de esto, debido a un accidente que sufrió en el tranvía, tuvo que someterse a unas treinta intervenciones quirúrgicas, lo que la marcaría afectiva y psicológicamente por los constantes dolores que colmarían su existencia de tragedia, dolor y frustración.
La etapa de convalescencia por la poliomielitis duró unos ocho meses. Frida tenía seis años. Esa afección influyó en el trasfondo sicológico de su arte, al que, por cierto, André Breton calificó de surrealista espontáneo. También por su talento estuvo en contacto con la conocida fotógrafa italiana Tina Modotti.
En cuanto a su sexualidad, Kahlo fue bisexual, y entre sus amantes figura nada más y nada menos que León Trostky. Sin embargo, su gran amor, sin duda, fue Diego Rivera.
Kahlo fue autora de doscientas obras, fundamentalmente autorretratos, retratos de su familia y amigos, creadora de una pintura ingenua y de tono personal, en la que refleja sus trágicas experiencias. Fue también activista político y en la Guerra Civil Española fundó un comité para ayudar a los republicanos españoles. En fin, fue un ícono femenino digno del que hablar en este espacio.
Diego Rivera, destacado muralista, famoso por plasmar obras de alto contenido social en edificios públicos, comenzó en 1896, a los diez años de edad, a tomar clases nocturnas en la Academia de San Carlos donde conoció a José María Velasco, célebre paisajista, también estuvo en el taller de José Guadalupe Posada.
A partir de 1906, alternó su residencia en México con países como Ecuador, Bolivia, Argentina, España y Francia. Desde 1907 a 1922, desarrolló su arte, principalmente en Francia, España e Italia.
Antes de conocer a Frida Kahlo, Diego estuvo relacionado amorosamente con Angelina Beloff, con la que tuvo un hijo al que le colocaron su nombre; Marevna Vorobev; y Guadalupe Marín, con quien engendró sus dos hijas Guadalupe y Ruth.
2.Dos seres de temperamento apasionado
Cuando Frida Kahlo estudiaba en la Escuela Nacional Preparatoria, que es hoy San Ildefonso, conoce a Diego Rivera por Tina Modotti, y decide llevarle sus cuadros para que evalúe su pintura. En ese momento se encuentran estos dos seres de temperamento apasionado. Diego queda impresionado tanto de las pinturas como del genio de Frida, por lo que terminó enamorado de ella.
Pronto se inicia una relación que culmina en matrimonio en 1906 a pesar de que la madre de Frida no aprueba este vínculo por la diferencia de edad entre ambos y la fama de mujeriego que tenía Diego, además de ateo y comunista. No obstante, el padre de ella ofreció menos resistencia, ya que, por la situación económica del reconocido pintor mexicano, él podría costear los elevados gastos médicos de su hija.
La relación entre Frida y Kahlo estuvo marcada por dos elementos: la infidelidad, lo que incluyó a la propia hermana de la pintora, ya que Diego era un mujeriego incurable, y por el que Frida no pudiera tener hijos debido a su condición física en la que la enfermedad siempre la acompañó.
3.Un par de infieles
El 21 de agosto de 1929, en una sencilla ceremonia en el Ayuntamiento de Coyoacán, Frida, con apenas 22 años, y Diego, de 42, contrajeron matrimonio. A principios de 1930, ella quedó en estado, pero debido a que el feto estaba en una posición incorrecta tuvo que someterse a un aborto terapéutico; por el accidente sufrido, su pelvis estaba fracturada en tres sitios por lo que nunca tendría hijos.
En noviembre de 1930, se mudaron a los Estados Unidos, donde permanecieron cuatro años. Primero estuvieron en San Francisco, ahí le encargaron a Diego pintar los murales de la Bolsa, así como los de otros edificios públicos. Luego en 1932 se fueron a Detroit, puesto que le habían pedido pintar los murales de Institute of Art de esa ciudad. Frida quedó embarazada de nuevo pero tuvo un aborto espontáneo, tragedia que reflejó en una pintura.
En 1933 visitan Nueva York. Diego tenía que pintar otro mural, el del Rockefeller Center. Como extrañaba México, Frida quería regresar; él prefería permanecer allá. Esto causó desavenencias entre ambos.
En 1935 Frida descubre algunas traiciones amorosas de Rivera. La más dolorosa, la relación amorosa de Diego con su hermana menor, Cristina. Por ello abandona la casa donde vivían. Después regresaron pero las infidelidades de Diego no cesaron. Frida, quien fallece en 1954, también cayó en la tentación de serle infiel. El muralista murió tres años después.
Amor comprometido pero infiel:
•Unidos por el arte, la ideología y la sensibilidad, el amor de Frida Kahlo y Diego Rivera trasciende la época en la que vivieron y los convierte en amantes inolvidables.
•Más allá de los prejuicios, se consideran íconos de la pintura porque representan un gran momento tanto de la historia mexicana del arte como de la latinoamericana en general.
LA VOZ DE LA MUJER
Isabel Rivero De Armas
isabelrivero70@gmail.com