La presidenta izquierdista de Brasil, Dilma Rousseff, afirmó el jueves que el mayor error cometido por su gobierno fue no percibir la amplitud de la crisis que sacudió al país los últimos años.
Durante un desayuno con periodistas brasileños, Rousseff reconoció que «el mayor error fue no ver que la crisis era tan grande en 2014, no haber visto el tamaño de la desaceleración debido a problemas internos y externos», citada por el diario O Estado de Sao Paulo.
La jefa de Estado citó la inestabilidad de economías como la de China y el hecho de que Brasil enfrenta una de las peores sequías de los últimos 80 años como explicación al enfriamiento de la mayor economía de América Latina y séptima del mundo.
Rousseff subrayó que este año su prioridad será el reajuste de las cuentas fiscales y que su gobierno hará «todo» para asegurar «un excedente primario de 0,5% del PIB» para que la inflación vuelva a 6,5% por año.
En 2015, el alza de los precios debe sobrepasar el 10%. La cifra se conocerá el viernes.
La presidente anunció además que Brasil debe debatir este año una reforma al sistema de previsión mientras aumenta la esperanza de vida en el país.
«No es posible que la edad promedio de jubilación sea de 55 años», dijo la presidenta.
Amenazada por la posibilidad de un proceso de destitución, Rousseff estimó que sectores de la oposición deben apoyar las medidas que son tomadas por el interés de Brasil, según ella. «La oposición debe tener un mínimo de compromiso hacia el país», insistió.
El gobierno ve en el eventual proceso de destitución una revancha gestada por la oposición que no acepta haber perdido las elecciones de 2014.
Brasil lucha desde hace cinco años contra un enfriamiento de su economía que se hizo crítico en 2015, amplificado por escándalos de corrupción y una tormenta política.
AFP