¿Por qué el ministro de Alimentación no publica la lista de las empresas contratadas por la gestión anterior para conocer quienes suministran al Estado venezolano directamente esos alimentos que aparecen en las redes de bachaqueros?
El nuevo ministro de Alimentación, junto al resto del equipo que conforma el tren ejecutivo del presidente Maduro, inició su gestión conociendo de primera mano la situación en el interior del país, de la cartera que recibe.
Muy buen comienzo si ese impulso no es solo para que los retraten en los periódicos locales, saquen algunas declaracioncitas de que “ahora si vamos a patear la calle como solo nosotros lo sabemos hacer” y luego de un par de semanas, zas!, de nuevo en Caracas, bien guarnecidos en sus oficinotas full aire acondicionado.
Digo esto porque el ministro de Alimentación, durante una intervención en una reunión de trabajo en el estado Apure reclamó lo siguiente: “no quiero maquillaje de números, si el abastecimiento fueron 100, bueno, fueron 100” y eso me puso a pensar en algunas preguntas:
1.¿Por qué siendo ministro de Finanzas no le exigió lo mismo al BCV? ¿O por qué incluso no fue más allá? ¿Por qué no solo exigió que el BCV ocultara las cifras del desempeño económico del país en los últimos meses, sino que permitió que fuera legalizada en una de las últimas leyes habilitantes aprobadas por el presidente Maduro?
2.¿Por qué el ministro de Alimentación no publica la lista de las empresas contratadas por la gestión anterior para conocer quienes suministran al Estado venezolano directamente esos alimentos que aparecen en las redes de bachaqueros, o en las ciudades fronterizas colombianas, con lo cual puede que nos encontremos con sorpresas como la de Anny Service, un proveedor de alimentos entre cuyos accionistas se encuentran nada y nada menos que Ignacio Ramonet, es decir que las “solidaridades” con la Revolución Bolivariana, se pagan y bien caro?
3.¿Por qué nunca fueron publicados por parte del Cencoex los listados de la empresas a las cuales ese ente le adjudicó divisas durante el año 2015? Ni siquiera de las dos subastas de Sicad 1, convocadas el año pasado hay listado?
4.De igual manera, ¿por qué no se publican las autorizaciones de divisas realizadas directamente por la vicepresidencia para el área económica, con lo cual podríamos conocer cómo a trasnacionales como Pirelli se le otorgaron importantes montos en divisas y aún nada que aparecen los cauchos?
5.Sabemos que no fue su gestión, pero ahora esa es su responsabilidad y esa información debería estar disponible: ¿será posible que el nuevo ministerio de Alimentación publique las cifras de divisas erogadas durante el año 2015 para la importación de alimentos, tanto para el sector público como el privado, con lo cual podríamos confirmar o corregir entre otras las cifras dadas por la investigadora Pasqualina Curcio en su informe “Inflación y desabastecimiento en Venezuela”? (leer en http://www.caracasoeste.com/index.php/2015/12/21/desabastecimiento-e-inflacion-en-venezuela/). En ese informe hay una afirmación que resulta sorprendente y merece ser investigada a fondo: “hemos importado menos bienes y servicios con una mayor cantidad de dólares asignados”… Ese informe debería servir de insumo si de verdad se quiere hacer una buena gestión en política alimentaria.
Responder estas cinco incógnitas, o mejor aún, actuar en torno a las inquietudes planteadas y muchas otras que atemorizan y arrechan a nuestro pueblo y considerarlas antes de entrar de lleno en la tarea de organizar la producción y distribución de alimentos en el país, daría una señal clara -y positiva- de las intenciones que trae el nuevo ministro de alimentación. De lo contrario, solo estaríamos ante un nuevo engaño, utilizando la misma demagogia discursiva a la cual desgraciadamente nos han acostumbrado y que ya claramente identificamos. Si ese va a ser la naturaleza de la nueva gestión alimentaria, solo nos queda decir: así no ministro, así no……
Neftalí Reyes
aporrea.org