El líder norcoreano Kim Jong Un buscó el lunes sacarle jugo a la reciente prueba nuclear realizada por su país, al elogiar a sus científicos y prometer más bombas nucleares, un día después de que Estados Unidos voló un poderoso avión de guerra con capacidad nuclear cerca de Corea del Norte en una exhibición de fuerza.
Desde la prueba realizada la semana pasada, la cuarta por parte de Corea del Norte, se ha profundizado un impase entre las Coreas. Seúl continuó el lunes con la transmisión de propaganda contra Pyongyang al otro lado de la frontera y anunció que limitará más la entrada de sudcoreanos a un parque industrial administrado conjuntamente que se encuentra en Corea del Norte.
Fuera de Corea del Norte, Kim enfrenta una condena generalizada y amenazas de sanciones fuertes por la afirmación de que su país realizó una prueba de una bomba de hidrógeno, lo cual no ha podido ser verificado. Internamente, sin embargo, el masivo aparato de propaganda de Kim ha buscado vincular dicha prueba con el liderazgo de Kim, con el fin de glorificarlo y presentar la prueba como necesaria «para combatir el intento encabezado por Estados Unidos para derrocar al sistema de Corea del Norte».
El lunes, Kim se tomó fotografías con científicos nucleares y técnicos involucrados en la prueba y los elogió «por haber glorificado» a sus dos predecesores: su fallecido padre Kim Jong Il y su abuelo, el fundador del Estado, Kim Il Sung, según la Agencia Central de Noticias Coreana.
Kim calificó antes la explosión como «un paso defensivo» que busca proteger a la región «del peligro de una guerra nuclear causada por los imperialistas encabezados por Estados Unidos», señaló un despacho separado de la agencia.
Corea del Norte argumenta desde hace mucho tiempo que la presencia de decenas de miles de soldados estadounidenses en Corea del Sur y Japón, y una política «hostil» estadounidense, justifica su búsqueda de armas nucleares y misiles de largo alcance.
AP