Parafraseando una famosa frase utilizada en la campaña electoral de Bill Clinton, y que hacía referencia a la economía, preferimos poner el acento en este momento en lo social.
Y no es que lo económico sea menos urgente en el por demás complejo panorama nacional. Sin embargo, el problema económico –así como toda la agenda legislativa y ejecutiva por venir-, deben enfocarse en lo social con criterio de urgencia.
Cuando empieza a tomar cuerpo el debate sobre la agenda del nuevo Poder Legislativo en la opinión pública nacional, cada quien comienza a trazar su largo listado de asuntos pendientes. Algunos privilegian lo político, otros lo económico, y otros tantos lo social.
Es de verdad muy difícil priorizar. Pero incluso el tono, el matiz y el alcance de las agendas política y económica debe asumirse midiendo milimétricamente la deuda social y la necesidad de rebajar ese pasivo nacional.
Entre las manifestaciones de que sí es posible comenzar a andar a muy breve plazo ese camino, cabe destacar la propuesta llevada al parlamento por el diputado Julio Borges, con el fin de otorgar la titularidad a los adjudicados del a Gran Misión Vivienda Venezuela, en cumplimiento de una de las más emblemáticas promesas de la Mesa de la Unidad Democrática.
El parlamentario de la MUD especificó que hacía dicha entrega a los fines de que a muy corto plazo se pueda hacer la discusión de “la ley que le otorga la propiedad plena a todos los beneficiarios de la Misión Vivienda, para que sean dueños de su futuro”.
En el acto apuntó un dato que debe movernos a todos en la dirección que mencionamos: Venezuela necesita construir 3 millones de viviendas para que se pueda cubrir el déficit que existe en la actualidad.
Y queremos agregar nosotros que el tema vivienda es un buen ejemplo de lo que hay que hacer para alcanzar las impostergables metas sociales: despojarlas de colores políticos.
Lo cierto es que han existido avances destacables en la construcción de viviendas por parte del sector público y eso hay que destacarlo. Pero también se debe subrayar que existen cabos sueltos y el hecho de que los traiga a colación un diputado que no es del oficialismo, no se puede convertir en obstáculo para que sea favorablemente votada.
Recordó Borges que la urgencia por cumplir esta ambiciosa meta pasa por la generación de empleo, lo cual es una de las características más emblemáticas del sector construcción.
Y utilizamos esta afirmación para hacer el puente con otro de los temas considerados prioritarios, como lo es el económico.
El nuevo gabinete que se ocupará de esta área ha despertado intensas polémicas en los últimos días.
Entre los seleccionados para esta tarea hay personas con experiencia y la capacidad como para tender los puentes entre los altos mandos del Ejecutivo y la realidad nacional, léase los productores particulares que están dispuestos a apostar por el país pero encuentran un panorama adverso.
Retomando lo social, desde aquí hemos planteado que el incremento de la producción nacional es el remedio contra males tan urgentes como la escasez y la inflación, terminología técnica que puede parecer alejada de lo social, pero que está íntimamente ligada en tanto y en cuanto son dos variables que torpedean sin misericordia la calidad de vida del pueblo.
Sabemos también que hay otros funcionarios más ortodoxos en su visión de la economía nacional, la cual abordan desde teorías que parecen divorciadas de lo que realmente sucede. Pero estamos en un momento en el cual los hechos obligan a tomar el riel del pragmatismo, si es que realmente se desean materializar soluciones.
Y sí, hay verdades en lo que han dicho voceros del ejecutivo en cuanto al panorama económico. El precio del petróleo se desploma y no parece haber nada en manos de Venezuela para evitarlo. Adicionalmente, por encima de esta dura realidad, también estamos de acuerdo en que hay que privilegiar la agenda social con recursos cada vez más menguados. Y allí de nuevo la economía se impone ante las mejores intenciones, de las cuales dicen que está empedrado el camino al infierno.
Quizá deberíamos retomar la frase original de Clinton: es la economía. Porque sin los números en orden, no se puede generar el músculo para pagar la deuda social e igualar hacia arriba a los venezolanos garantizándoles su salud, su educación y su techo, entre otras prioridades. Porque como bien lo dijera Borges, queremos un país de ciudadanos.
David Uzcátegui