Página escrita para La Voz por los profesores de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad Central de Venezuela. La responsabilidad de las opiniones emitidas en sus artículos y Notas Internacionales es de los autores y no comprometen a la institución.
América latina en el 2016
Luis Angarita
Hablar de la globalización nos invita a recordar siempre que, cada día más, vivimos en un mundo interconectado e interdependiente de los fenómenos que ocurren en distintas partes del planeta y, para la región latinoamericana, este recuerdo se presenta con una fuerza contundente.
El sistema económico mundial no ha podido salir de los efectos causados por la crisis financiera del 2008-2009, y aún mantiene problemas de lograr un crecimiento estable y sostenido en el tiempo, con los susbsistemas de empleo, gasto público, inflación y comercio equilibrados y favorables para la sustentabilidad del desarrollo económico y social. Tal es el caso de las economías del continente europeo, que algunas mantienen problemas de endeudamiento externo, mientras que la zona euro plantea problemas de decrecimiento y deflación. Por la parte del continente asiático, la reducción del ritmo de crecimiento de China ha impactado el desarrollo de las corrientes mundiales de comercio, (es el principal exportador del mundo), lo que genera un ambiente de expectativas negativas alrededor del mundo.
En este escenario, América Latina sufre con mayor intensidad su relacionamiento con el mundo y es víctima de los movimientos económicos mundiales. A partir del año 2014, el precio de las materias primas comenzó a bajar vertiginosamente, lo que ha implicado el fin de la época dorada de los llamados commodities. Esto pone una presión importante en las cuentas nacionales de los países de la región ya que sus ingresos dependen en mayor medida de la exportación de estos bienes primarios.
Adicionalmente, la economía más grande del mundo, los EE. UU., ha mostrado un crecimiento estable en los últimos trimestres, lo que trae como consecuencia para la economía norteamericana, la necesidad de elevar sus tipos de interés en el sistema financiero, para mantener un sistema de estímulos a la producción estable. Esta situación implica para toda la región latinoamericana una fuga de inversiones hacia el mercado estadounidense, en busca de mejores rentas, generando una escasez de recursos aun mayor, sumándose a la ya creada por la caída de las exportaciones.
Particular atención tienen las economías de Brasil y Venezuela, que como proyecciones muestran caídas de -4% y -7%, respectivamente, motivados a crisis políticas y económicas dentro de sus respectivas sociedades. Para América Latina el crecimiento estimado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) es un modesto 2%, relacionado principalmente por el escaso crecimiento mundial, el freno de la economía china, y el retroceso de dos de las principales economías de la región.
El reto para cada uno de los países estará en concertar políticas que contrarresten la escasez de recursos, probablemente con medidas de equilibrio fiscal (menores gastos, mayores impuestos), que tengan como finalidad generar las condiciones que permitan mantener un crecimiento en un período de mayores retos de la economía mundial.
NOTAS INTERNACIONALES
Migrantes y fuerza de trabajo
Seny Hernández
sh26587@gmail.com
La reciente investigación realizada por la OIT sobre los trabajadores migrantes de 176 países, cuyas cifras corresponden al año 2013, indica que esta fuerza de trabajo a nivel mundial está integrada por 150 millones de trabajadores, que buscan mejores oportunidades de empleo y en su mayoría son mujeres. Los lugares de destino predilectos están en América del Norte y en Europa Septentrional. La distribución de esa fuerza de trabajo según los sectores de la actividad económica es la siguiente: en primer lugar, el sector de los servicios, seguido por el sector industrial, incluyendo en éste tanto a la manufactura como a la construcción; y finalmente el sector agrícola.
OIT y cambio climático
El anhelo de la OIT para el año 2030 es acabar con la pobreza mientras se protege al planeta a través de un desarrollo sustentable, superando las duras consecuencias del calentamiento global e impulsando el predominio del empleo verde decente, a través de un consenso tripartito en el cual gobiernos, trabajadores y empresarios se unan con la finalidad de conservar el planeta Tierra. El medio propuesto para alcanzar estas buenas intenciones consiste en el establecimiento del diálogo social, que involucre a las tres partes en un proceso coherente, racional, sistemático, preciso con miras a evaluar progresivamente los resultados de las políticas que se implementen.
Erradicando la explotación infantil
Históricamente, los niños han sido terriblemente explotados. Para cambiar esta situación, la mayoría de los países miembros de la OIT han ratificado el Convenio 182 sobre las peores formas de trabajo infantil, entre las cuales se reconocen la esclavitud, la venta y trata de niños, la servidumbre, la prostitución y el reclutamiento bélico forzoso. A nivel nacional, dentro de los Estados se deben tomar un conjunto de medidas que impidan la explotación infantil y de esta manera garantizarles unas vidas moralmente sanas, estableciendo los medios adecuados para que la mayoría pueda disfrutar su infancia, conocer el ocio dirigido y formarse en la escuela básica.