La Asociación Americana del Corazón recomienda un límite de 100 calorías al día provenientes de azúcares añadidas, como las que se encuentran en bebidas endulzadas, para las mujeres y para los hombres el límite es de 150.
Consumir un refresco de 350 mililitros excede esa cantidad y dado su popularidad, estas bebidas endulzadas constituyen la mitad del consumo de azúcares añadidas por los estadounidenses”, aseguró a Reuters la investigadora Jean Welsh de la Emory University en Atlanta.
Un estudio ha comprobado que estas bebidas facilitan la obtención de grasa abdominal con el paso del tiempo. Este tipo de grasa, denominada visceral, se esconde alrededor de órganos internos como el hígado y el páncreas y afecta la función de hormonas como la insulina.
El estudio reciente, conducido por la doctora Dr. Caroline S. Fox en Framingham, Massachusetts, descubrió que todos los pacientes que consumen bebidas endulzadas tienden a ganar grasa visceral con el tiempo, pero aquellos que lo hacen diariamente, son los más propensos.
Más de 1mil personas participaron en el estudio, en el que permitieron tomar las medidas de su abdomen. Al paso de seis años, los investigadores volvieron a tomar las medidas y encontraron que la grasa visceral de esa área aumentó 658 centímetros cúbicos en quienes no bebían refresco, un poco más en quienes lo consumían de manera ocasional y 852 centímetros cúbicos en los que bebían refresco a diario.
Esto representa 800 gramos de grasa abdominal, lo cual puede parecer poco en el periodo de tiempo analizado pero, de acuerdo con los investigadores es suficiente para hacer una diferencia en cuanto a los riesgos metabólicos que puede sufrir un paciente.