Entre las urgencias políticas está la de sustituir la cultura de la confrontación por una cultura de diálogo y de cooperación
Venezuela tiene muchas urgencias. Ya conocemos la agenda del gobierno. También conocemos la agenda de la oposición. Falta por conocer la agenda nacional.
La situación económica se deteriora cada día. También las consecuencias sociales de la crisis económica. Sufrimos la mayor inflación del mundo y la caída del producto interno es aparatosa. Estamos mal, muy mal. Nuestro liderazgo político no puede distraerse en confrontaciones inútiles y en pleitos intrascendentes.
Cada día hay más pobres, más delincuencia, más inseguridad, más desabastecimiento, más colas para hacer el mercado, más dificultad para conseguir alimentos y medicinas y todos los bienes y servicios a que tienen derecho todos los ciudadanos.
El pueblo votó el 6 de diciembre para expresar su protesta y también su esperanza de que las cosas cambiaran. No podemos defraudar la esperanza del pueblo. El gobierno tiene que rectificar sus errores; la oposición tiene que demostrar que pone el interés nacional por encima de los intereses políticos parciales.
Entre las urgencias políticas está la de sustituir la cultura de la confrontación por una cultura de diálogo y de cooperación para buscar soluciones a los problemas concretos de la gente, como lo ordena el artículo 136 de la Constitución nacional, que dice: “Cada una de las ramas del Poder Público tiene sus funciones propias, pero los órganos a los que incumbe su ejercicio colaborarán entre sí en la realización de los fines del Estado”.
El artículo es claro e imperativo. Hay que cumplirlo. Es un mandato.
La agenda económica tiene sus prioridades: enfrentar el alto costo de la vida y la inflación; mejorar el salario y el poder adquisitivo de los trabajadores y de los pobres; estimular las inversiones y reactivar el aparato productivo para no depender tanto de las importaciones que nos tienen agobiados.
La agenda social también tiene sus urgencias, comenzando por tomar en cuenta los indicadores de pobreza. Cada día hay más gente pobre y cada día los pobres son más pobres. La clase media hace tiempo está hundida en la desesperanza.
Enfrentar el tema de la pobreza supone atacar varios frentes al mismo tiempo. En primer lugar, la educación. Necesitamos más y mejor educación para todos, pero especialmente para los más pobres. Más y mejores maestros. Más y mejores escuelas. Más y mejores universidades.
En segundo lugar, la salud con toda su complejidad, la vivienda y un tema fundamental que es el empleo. Empleos productivos, estables y bien remunerados.
Nuestros líderes tendrán que decidir cuál es la agenda que impone el interés nacional y cuál es la prioridad.
Le pido a Dios que los ilumine para que decidan pensando en el interés nacional y en el mandato que recibieron de sus electores.
Seguiremos conversando…
Eduardo Fernández
@EFernandezVE