“Todo cambió en Maracay…”

García resintió la pérdida de jugadores importantes por lesión
García resintió la pérdida de jugadores importantes por lesión

El mánager Carlos García admite que luego del cuadrangular de Alfredo Marte para darle la primera victoria a los Tigres, el Magallanes fue otro.

Minutos después de caer el out 27 del sexto juego de la Serie Final, el mánager Carlos García se reunió con un puñado de periodistas, en medio de la desolación de la derrota, el jueves por la noche en Estadio José Bernardo Pérez, de Valencia.

Magallanes, que había ganado el derecho de asistir a su cuarta final consecutiva, no pudo alzar el centro del clásico de enero, pese a salir al terreno con las armas necesarias para salir airoso, al menos en los cálculos del alto mando de los Navegantes.

“Hay que felicitar a los Tigres de Aragua, jugaron una serie bastante buena”, soltó el estratega. “Después del tercer encuentro, el ritmo del beisbol cambió, todo se inclinó hacia ellos. No pudimos cerrar el partido y de alguna manera empezaron a jugar mucho más agresivos, lanzaron mejor, el pitcheo abridor de ellos estuvo mucho más efectivo que el nuestro y esa fue la clave. Nuestros iniciadores no dieron lo que esperábamos y cuando ellos no te dan al menos cuatro innings (promediaron 3.1 entradas) vas a tener dificultades para ganar”.

Luego de imponerse en los dos primeros desafíos, incluida una paliza de 14-3, en el inicio de la confrontación, la nave estuvo a dos outs de colocar la serie a su favor 0-3, con el estelar cerrador Hassan Pena en el montículo. Pero el cubano recibió cuatro hits consecutivos de Luis Ugueto, Teodoro Martínez, Dariel Álvarez y Carlos Sánchez, para desperdiciar apenas su segunda oportunidad de rescate en toda la campaña, luego de salvar 23 en 24 intentos en la ronda regular y establecer un récord en la LVBP.

De allí en adelante, no solamente los brazos de los filibusteros se desplomaron, incluido su portentoso bullpen, sino que la pólvora de sus cañones se mojó. Ese partido fue el punto de inflexión de la serie.

A partir del renacer de Aragua, en aquel fatídico noveno tramo, Magallanes apenas anotó cinco veces por 24 de su rival.

“No pudimos ejecutar y concretar para irnos adelante y ganar los juegos. En Maracay, las cosas complicaron. No bateamos oportuno, la ofensiva estuvo bastante escasa y eso fue parte de la derrota. Tuvimos algunas lesiones importantes como las de Ronny (Cedeño) y Luis (Rodríguez), que era una de nuestras bujías ofensivas (lideró al club con ocho impulsadas). No pudimos conseguir quién los suplantara efectivamente y cuando pierdes a un bateador de esa categoría, es difícil. Cuando creíamos que teníamos un lineup consistente, perder el segundo bate fue una deficiencia bastante grande”, se lamentó el almirante García.

En los últimos cuatro desafíos, el club valenciano ligó apenas para .215 (140-30), con solo cinco extrabases. La alineación no volvió a ser oportuna y golpeó .222 (27-6), con corredores en posición de anotar, en tanto que dejaba a 28 hombres atascados en las almohadillas.

Los antillanos Adonis García y Félix Pérez, de quienes se esperaba pudieran producir en el medio de la alineación, se combinaron para un anémico average de .229 (48-11), con un cuadrangular y cuatro remolques, uno de ellos responsabilidad de García.

Magallanes perdió por una fractura en el peroné derecho al receptor Jesús Sucre, un especialista en defensa, que había dado batazos importantes, durante la semifinal; mientras que Cedeño y Rodríguez, Regreso del Año, sufrieron tirones musculares en sus piernas en el primero y cuarto desafíos de la serie final. La línea central del buque se desmoronó.

El careta Juan Apodaca no pudo emular la efectividad de Sucre detrás del plato, mientras que el novato Sammy Díaz, José Gregorio Martínez y, finalmente, Mario Lissón, no pudieron paliar las ausencias del campocorto y camareros regulares.

Sin embargo, el mandamás del navío no siente pesar por haber dejado de hacer algo no solo en la serie por el campeonato, sino durante toda la zafra.

“Llegamos aquí (Valencia) con la espalda contra la pared y Apodaca hizo un buen trabajo. Aparte de eso guio el pitcheo muy bien en los dos primeros juegos aquí y en el tercero (en Maracay). No me arrepiento de nada. Mis pasos son seguros y sé que analizando el juego y viendo los detalles, no tengo que arrepentirme de nada”, advirtió García.

“Simplemente, llegamos a la final, jugamos 63 juegos en la eliminatoria, más siete de la serie contra Caribes, más seis con el Caracas. Todo se definió en dos encuentros de la temporada, entonces no hay razón para arrepentirme. Los peloteros dieron el todo por el todo, se fajaron. No hay nada de qué arrepentirme”.

Con el sabor de la derrota todavía reciente, el experimentado técnico aseguró que debe analizar lo que vendrá en el futuro, aunque le gusta lo que vio, sobre todo en los nóveles que recibieron oportunidad de darse a conocer.

“Los jugadores jóvenes tienen un futuro inmenso en esta organización. (Luis) Domoromo, (Luis) Arráez, (Humberto Arteaga), los pitchers que lanzaron al principio de la temporada… El equipo para la temporada que viene es un tema de análisis, hay cosas que se me escapan ahorita pero es cuestión de sentarnos y ver cuál es el plan de ataque para la próxima temporada”.

Al igual que en años anteriores, García dejó abierta la posibilidad de volver, aunque oficialmente no ha sido ratificado en el puesto por la Junta Administradora del Magallanes, que nunca extiende contratos multianuales a sus mánagers.

“Como siempre he dicho, llevo en mi corazón al Magallanes y, definitivamente, una derrota como esta te pone en una situación en la que empiezas a analizar las cosas. Pero en líneas generales me siento orgulloso de esta organización y que sea lo que ellos decidan”.

Martes fue el JMV
El dominicano Alfredo Marte cargó con la ofensiva de los Tigres de Aragua y fue clave en el décimo título en la historia de la franquicia, luego que los felinos se impusieran a los Navegantes del Magallanes, cuatro juegos a dos en la Serie Final 2015-2016.

El jardinero, que asumió el cuarto puesto de la alineación de Aragua, tras la imprevista partida del slugger Javier Vázquez, ligó .308 (26-8), mientras que lideró el clásico de enero con cuatro jonrones, nueve remolcadas y un OPS de 1.165.

“Cuando llegué a reforzar a los Tigres, nunca esperé ganar un premio como ese. Siempre salí al plato con un plan preestablecido. Me enfocaba en buscar un pitcheo para conectar la bola con fuerza. Gracias a Dios, salieron los batazos”.

Alexander Mendoza
LVBP

Salir de la versión móvil