El insomnio es el trastorno del sueño más común

El sueño es un estado de conciencia inmediatamente reversible, de menor respuesta al entorno e interacción con éste. Por lo tanto, un trastorno del sueño es una condición médica que afecta el equilibrio del estado de reposo o vigilia de un individuo, el cual suele ser causado por la sucesión de eventos emocionales y físicos, o por el uso prolongado de medicamentos.
De acuerdo con el neurólogo Claudio Cárdenas, el trastorno del sueño más frecuente es el insomnio, el cual puede presentarse entre 10 y 15% de las personas. Son muchos los tipos de desórdenes al dormir, por lo que se clasifican en grupos.
Cada entidad tiene una causa particular, existiendo algunos cuyo origen es genético, como la narcolepsia (exceso de sueño durante el día), o el insomnio familiar. Otros tipos pueden ser a consecuencia de problemas cardiopulmonares, como los trastornos respiratorios de tipo apnea obstructivas (la respiración se detiene una y otra vez mientras se está durmiendo), o bien a raíz de lesiones en la sustancia blanca cerebral, conocidos también como los desórdenes del comportamiento nocturno.
Según la edad, cada grupo de personas tiene una mayor predisposición para presentar algún tipo de desorden al dormir en particular. Por ejemplo, en los niños es frecuente el insomnio conductual de la infancia, el sonambulismo y los terrores nocturnos; mientras que en los adolescentes son frecuentes los trastornos del ritmo circadiano y el desorden de la fase retrasada del sueño.

Recuperar el descanso
El especialista en neurología resaltó la importancia de respetar el área en donde se duerme, así como el tiempo que se dedique al descanso. Adicionalmente, se debe procurar el cumplimiento de los horarios de comida, no abusar de la cafeína luego de las cuatro de la tarde y evitar las alteraciones a estas rutinas en más de dos noches por semana.
Para el tratamiento del insomnio, existen también medicamentos hipnóticos, derivados de las benzodiazepinas, una amplia familia de sustancias con propiedades sedantes e hipnóticas, cuya acción permite la disminución del periodo de latencia del sueño y el aumento de la duración del mismo, preservando su profundidad y duración. A diferencia de otros medicamentos con propiedades hipnóticas, su degradación dentro del organismo es bastante rápida y no crea dependencia.

Vía Informe 21

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