Junto a su esposa se encuentra viviendo en un refugio bajo condiciones mínimas, luego de perder su hogar y sus pertenencias personales, obras escultóricas y herramientas de trabajo, que permanecen secuestradas
El tallador y músico, Claudio Lupercio Almeida, conocido popularmente como Veneno, se encuentra viviendo desde hace 4 meses junto a su compañera Carmen Páez, en un refugio en condiciones mínimas, luego de perder su hogar y permanecer en él, secuestrados, sus bienes personales, herramientas de trabajo, tallas de madera, esculturas y diversas obras de su creación que además de constituir su forma de sustento, representan auténticas piezas de arte expuestas a nivel nacional.
Veneno de 80 años de edad, y su compañera de vida, de 69, hicieron de la vivienda ubicada en el conjunto residencial Colinas de Guatire, urbanización La Rosa, su hogar durante 18 años, tiempo durante el cual una hija de Veneno facilitó la infraestructura para que fuera el sitio exclusivo de residencia de su padre y su actual mujer.
Según información suministrada por Sergeli Monasterios, nieta de Carmen, un día del pasado mes de octubre y sin razón aparente, ante la mirada indignada de los vecinos, fueron desalojados a empujones por este familiar que los dejó en la calle sin prácticamente ningún tipo de pertenencia. Monasterios también fue víctima del hecho violento estando además embarazada, por lo que en el interior de la vivienda se encuentran bienes personales y hasta los regalos del niño Jesús de sus dos hijos, que tampoco le han permitido recuperar.
Parte de la historia
Tras estos hechos fueron alojados provisionalmente por otro familiar y seguidamente admitidos en el refugio ubicado en la calle Ricaurte de Guatire, a instancias de la alcaldesa Thaís Oquendo. Desde entonces habitan el espacio en condiciones precarias (sin cocina, nevera, fregadero, productos alimenticios, de aseo personal, ropa, herramientas de trabajo, etc.), y con el favorecimiento de un alimento al día (almuerzo) que reciben del Campamento Recreacional de Tercera Edad del “Hospitalito” de Guatire.
Aunque se ha intentado mediar con su hija, por la vía policial y Fiscalía, para facilitar al menos el retiro de sus pertenencias, hasta la fecha ha habido una permanente e inexplicable negativa de acceder a este acto humanitario. Entre tanto, no cuentan con los recursos económicos necesarios para costear abogados, procurarse alimentos, medicinas e insumos básicos, ni el tiempo para esperar el curso de una demanda que podría tardar años en resolverse.
Por otro lado, además de la necesaria recuperación de bienes y obras, Veneno y Carmen necesitan un definitivo hogar que al parecer les fue prometido por la alcaldía del municipio Zamora a través de la Gran Misión Vivienda Venezuela, que tampoco se ha concretado aún.
Comité de cultores y amigos
Un comité de cultores y amigos de Veneno, organizado para intervenir en la recuperación de la calidad de vida de este insigne hombre guatireño, recordó que este personaje tiene como atenuante ser una persona de la tercera edad (junto a su compañera), patrimonio cultural de Guatire y del estado Miranda y poseedor de un conocimiento ancestral como lo es la elaboración de obras escultóricas y tallas en madera, ramas, semillas, taparas, raíces, etc., insumos de la tierra que moldea como un maestro y lo cual le ha permitido recorrer casi todo el país como reconocido artista.
“Es hora de que no solo Guatire y sus autoridades, sino las autoridades nacionales, revisen este caso y medien para lograr brindarle a este brillante creador una vida en paz y felicidad en el ocaso de su existencia. Haber sido desalojado de esa manera –sea cual fuera la razón- ya resulta inhumano. Ese fue su hogar durante 18 años, todos los vecinos confirman su excelente comportamiento a través de una colecta de firmas que se realizó en la urbanización; es digno representante de las fuerzas creadoras del pueblo, que tanto ha dignificado la revolución bolivariana, y posee el amor de toda una región que admira su legado tanto para la memoria artística del país como para el sentir guatireño” señaló la artesana Elia Alonso, integrante de dicho comité de amigos.
Artista autodidacta
Claudio Almeida nació en el sector Buena Vista un 30 de octubre de 1935. Es artista autodidacta. Ganó primer premio en 1993 en el Salón Bárbaro Rivas y en 1995 obtuvo el tercer lugar en el Salón Cristóbal Rojas. Sus obras han sido expuestas en el museo Jacobo Borges, en el encuentro nacional de artesanos de Maracay, en la Feria Artesanal de Tintorero durante varias ediciones, en el Salón Nacional de Talladores, entre muchos otros.
Especial / Marlon Zambrano