La vía principal de la zona no cuenta con reflectores lumínicos que faciliten la visión durante los traslados nocturnos
Durante un viaje por las comunidades que conforman Laguneta de la Montaña, los vecinos hablaron largo y tendido acerca de las problemáticas e inconvenientes que acompañan su día a día, comunicando tajantemente que la electricidad, el agua y el transporte son los principales dolores de cabeza.
Como es bien sabido, para llegar a dicha localidad hay que recorrer un extenso trecho de carretera doble vía que fue construida en los linderos de la montaña y muestra vegetación a ambos lados; es un auténtico paraíso a la vista. Sin embargo, quienes diariamente se topan con el mencionado paisaje cuentan cómo la situación cambia totalmente de noche.
Aunque a lo lejos se aprecian los sembradíos de flores u otras especies bajo el calor de bombillos, la vía principal es una auténtica boca de lobo; a través de los largos trechos de camino solo se observan tenues destellos de los negocios y residencias ubicadas a borde de carretera.
Mario Pinto, habitante de la referida zona y agricultor de oficio, relató cómo noche a noche debe conducir su camioneta con verdadero cuidado para evitar algún accidente de tránsito que deje mucho que lamentar.
‘‘Cuando me toca manejar de noche tengo que hacerlo poco a poco porque la poca luz que hay en el camino y las altas velocidades no son un buen dúo’’, explicó, justo antes de asegurar tener conocimiento de algunos choques nocturnos que han dejado al borde del abismo a los choferes involucrados.
Apuntó que en Laguneta, al ser una zona turística, ‘’los visitantes muchas veces se embriagan y de regreso a sus hogares creen que son Superman y van a toda velocidad; eso ha terminado con vuelcos en las cerradas curvas o choques de frente contra postes’’, dijo al señalar que todo es culpa de la falta de alumbrado público, ‘‘ya que si todo estuviese bien iluminado muchos de esos accidentes podrían evitarse.’’
Señaló que la energía eléctrica en los hogares se ha visto interrumpida en varias ocasiones desde el pasado año.
‘‘A veces la luz se va por unas cuantas horas; sin embargo, vuelve el mismo día. Es sumamente extraño cuando nos quedamos sin suministro de electricidad por más de un día’’, dijo al indicar que les gustaría contar con un servicio más estable, ya que varios electrodomésticos del hogar se han averiado debido a los bajones de luz.
‘‘Un autobús cada hora’’
A su vez, se conoció que la línea de transporte público que cubre la ruta hacia la localidad montañosa es sumamente constante, casi cronométrica; no obstante, el hecho de contar con una unidad cada 60 minutos es algo que los mantiene en zozobra.
Uno de los residentes, quien se encontraba esperando religiosamente para abordar el autobús, escenificó los contras de la situación en un panorama trágico, pues explicó que durante una emergencia si no se tiene un carro particular se puede pasar un mal rato.
‘‘Si a algún vecino sufre un infarto o algo parecido y el familiar no tiene carro para sacarlo hasta el ambulatorio o algún otro centro médico, simplemente se muere (…) el hecho de tener que esperar una hora para agarrar carro es algo sumamente inviable para nosotros, ya que no es capricho sino necesidad’’, alegó.
También aprovechó la oportunidad para hacer un pedido a las autoridades de la línea de transporte. ‘’Estoy consciente de que hay muchos autobuses accidentados por falta de repuestos, pero habilitar una unidad más para aminorar el tiempo a media hora sería un gran avance’’, exclamó.
Policías sí patrullan
Los moradores dedicaron palabras de elogio para los cuerpos policiales encargados de velar por la seguridad de la localidad, ya que ‘‘siempre pasan las patrullas de la policía haciendo las respectivas rondas’’.
La inseguridad ha sido aplacada debido a los constantes recorridos realizados por los patrulleros, quienes en más de una ocasión han capturado en flagrancia a algún delincuente.
Frederick Ortiz
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