Este sábado, el ministro ruso de Relaciones Exteriores Serguei Lavrov y su homólogo estadounidense John Kerry «saludaron» este alto el fuego vigente en una conversación telefónica
Las principales ciudades sirias se despertaron este sábado sin el estruendo de las bombas gracias a la entrada en vigor de un alto el fuego entre el régimen y los rebeldes, aunque apenas horas después cayeron obuses en la capital Damasco.
«Un pequeño número de terroristas de Duma y Jobar (sectores al este de Damasco) disparó varios obuses contra barrios residenciales de la capital», precisó a la agencia oficial SANA una fuente militar que no calificó este hecho como una violación de la tregua, reseñó AFP.
La agencia no dio cuenta de víctimas. Según una fuente de seguridad, una decena de obuses cayeron sobre el barrio de los Abásidas, en el este de la ciudad.
El acuerdo, sin precedentes, del cese de las hostilidades aplicado desde la medianoche y auspiciado por Estados Unidos y Rusia, recibió el apoyo del Consejo de Seguridad de la ONU, que «lo aprueba plenamente».
Este acuerdo solo afecta a las zonas de combate entre las fuerzas del régimen (respaldadas por la aviación rusa) y los rebeldes sirios. Los grupos yihadistas Estado Islámico (EI) y Frente al Nosra (brazo sirio de Al Qaida), que controlan más del 50% del territorio, quedan excluidos del mismo.
Este sábado, el ministro ruso de Relaciones Exteriores Serguei Lavrov y su homólogo estadounidense John Kerry «saludaron» este alto el fuego vigente en una conversación telefónica, anunció la cancillería rusa.
«Los jefes de la diplomacia han saludado la entrada en vigencia del alto el fuego en Siria» y también abordaron «las perspectivas de reanudar las negociaciones de paz entre los sirios en el marco del Grupo Internacional de Apoyo a Siria», señaló un comunicado del ministerio.
Pese a la esperanza que suscita el acuerdo, la complejidad de su aplicación a largo plazo, debido sobre todo a la alianza de los rebeldes con el Frente al Nosra en varias regiones, hace que los analistas sean escépticos.
Es «un día y una noche excepcionales para los sirios», afirmó el emisario de la ONU para Siria, Staffan de Mistura. Matizó que la jornada del sábado será «crítica».
Para apoyar el acuerdo e impedir un error de bombardeo, la aviación rusa anunció la suspensión por un día de todas las salidas de sus aparatos en Siria, donde bombardeaba zonas rebeldes y yihadistas desde finales de septiembre.
Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) y varios miltitantes, la calma reinaba en las provincias de Homs y de Hama (centro), en la de Damasco y en la región de Aleppo (norte). No se tiene constancia de ataques aéreos en las regiones insurgentes.
¿La guerra se acabó?
Una periodista que se trasladó a las afueras de Damasco pudo constatar una calma inhabitual.
En la ciudad de Aleppo, que desde julio de 2012 es un campo de batalla entre el régimen y los insurgentes, varios habitantes de los barrios rebeldes afirmaron que si la tregua continuaba llevarían a sus hijos al parque, un placer aparcado desde hace demasiado tiempo.
Con ironía, los «cascos azules» que retiran de entre los escombros a las víctimas en las regiones rebeldes después de los bombardeos del régimen escribieron en Twitter: «Cerrado por causa de alto el fuego».
«Espero que la tregua dure y que el régimen respete su compromiso, aunque sea por un periodo corto», declaró Abu Nadim, de 40 años, en el barrio rebelde de Bustan al Qasr, en Aleppo.
En Damasco, Amar al Rai, un estudiante de medicina de 22 años está alegre. «Mis amigos y yo estamos contentos. Es la primera vez que me despierto sin el ruido de la artillería». Cuenta que un amigo suyo exiliado en Alemania lo llamó y le dijo bromeando: «Entonces ¿la guerra se acabó? ¿Puedo volver?»