¿Qué es la Semana Santa?
Es la mejor oportunidad que nos brinda El Señor para que nuestras conciencias y nuestros corazones se entreguen, con mansedumbre y compasión, a comprender la vida, la pasión y la muerte de Jesús. Igualmente es el tiempo y el espacio para evaluarnos, con reflexión sincera y buscar la reconciliación con los demás y con nosotros mismos desde el perdón, el amor y la sanación interior; al tiempo que reflexionamos la mejor manera de accionar con el prójimo. Para ello será necesario conocer y vivir la práctica del evangelio como modelo y misión de vida cristiana; lo cual podríamos resumir en: amar a Dios, reconociendo el sacrificio que vivió su hijo para redimir el pecado de los hombres, sin distingo de clase, pensamiento o religión y siempre con ese gran amor que vemos reflejado en Jesús, Nuestro Salvador aún muriendo en la Cruz cuando expresó: “Padre, perdónalos que no saben lo que hacen”.
La historia de la Semana Santa
La Semana Santa comienza cuando termina la Cuaresma, que es el tiempo de conversión interior y de penitencia, ya que ha llegado el momento de conmemorar la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Después de la entrada triunfal en Jerusalén, ahora nos toca a todos los católicos asistir a la institución de la eucaristía, orar junto al Señor, como él lo hizo en el Huerto de los Olivos y acompañarle por el doloroso camino que termina en la cruz.
Durante la semana santa, las narraciones de la pasión renuevan los acontecimientos de aquellos días; los hechos dolorosos podrían mover nuestros sentimientos y hacernos olvidar que lo más importante es buscar aumentar nuestra fe y devoción en el hijo de Dios.
La liturgia cristiana en tiempo de la Semana Mayor
dedica especial atención a esta semana, a la que también se le ha denominado “Semana Mayor” o “Semana Grande”, por la importancia que tiene para los cristianos el celebrar el misterio de la redención de Cristo, quien por su infinita misericordia y amor al hombre, y cumpliendo la voluntad de Dios toma nuestro lugar y recibe el castigo de nuestros pecados, lo que permite nuestra salvación.
Para esta celebración, la Iglesia invita a todos los fieles al recogimiento interior, haciendo un alto en las labores cotidianas para contemplar detenidamente el misterio pascual, no con una actitud pasiva, sino con el corazón dispuesto a volver a Dios, con el ánimo de lograr un verdadero dolor de nuestros pecados y un sincero propósito de enmienda para corresponder a todas las gracias obtenidas por Jesucristo.
¿Qué debe ser para los cristianos la Semana Grande?
Para los cristianos, la semana santa no es el recuerdo de un hecho histórico cualquiera, es la contemplación del amor de Dios que permite el sacrificio de su hijo, el dolor de ver a Jesús crucificado, la esperanza de ver a Cristo que vuelve a la vida y el júbilo de su resurrección.
En los inicios de la cristiandad, ya se acostumbraba la visita de los santos lugares. Ante la imposibilidad que tienen la mayoría de los fieles para hacer esta peregrinación, cobra mayor importancia la participación en la liturgia para aumentar la esperanza de salvación en Cristo resucitado.
¿Qué nos permite la resurrección del Señor?
Nos abre las puertas a la vida eterna, su triunfo sobre la muerte es la victoria definitiva sobre el pecado. Este hecho hace del Domingo de Resurrección la celebración más importante de todo el año litúrgico.
Aún con la asistencia a las celebraciones, podemos quedarnos en lo anecdótico, sin nada que nos motive a ser más congruentes con nuestra fe. Esta unidad de vida requiere la imitación del maestro, buscar parecernos más a él.
No existen cosas extraordinarias
Las calumnias, los disgustos, los problemas familiares, las dificultades económicas y todos los contratiempos que se nos presentan, servirán para identificarnos con el sufrimiento del Señor en la pasión, sin olvidar el perdón, la paciencia, la comprensión y la generosidad para con nuestros semejantes.
La muerte de Cristo nos invita a morir también, no físicamente, sino a luchar por alejar de nuestra alma la sensualidad, el egoísmo, la soberbia, la avaricia… la muerte del pecado para estar debidamente dispuestos a la vida de la gracia.
¿Qué es resucitar en Cristo?
Es salir de las tinieblas en la cual nos envuelve el pecado para vivir en la gracia divina. Ahí está el sacramento de la penitencia, el camino para revivir y reconciliarnos con Dios. Es la dignidad de hijos de Dios que Cristo alcanzó con la resurrección.
Corolario
Así, mediante la contemplación del misterio pascual y el concretar propósitos para vivir como verdaderos cristianos, la pasión, muerte y resurrección adquieren un sentido nuevo, profundo y trascendente, que nos llevará en un futuro a gozar de la presencia de Cristo resucitado por toda la eternidad.
Salomon Benshimol R
sbenshimol@yahoo.com