El Gobierno ruso ha retirado su contingente bélico parcialmente de territorio sirio y esta decisión empieza a darle credibilidad a las conversaciones de paz que se vienen realizando con el apoyo de las Naciones Unidas y al interés ruso de evitar su aislamiento, debido a las sanciones emprendidas e impuestas por Occidente.
Los enfrentamientos bélicos del presidente Putín van dirigidos a los grupos rebeldes que aspiran derrocar el gobierno del presidente Bashar al Asad en Siria y al terrorismo internacional representado por las fuerzas del Estado Islámico.
El cese de hostilidades es visto como un triunfo de la diplomacia de Vladimir Putin y la población siria cansada por tener que vivir en condiciones angustiosas sin medicinas ni alimentos, se alegra de ponerle fin a la guerra, para retornar a un entorno más tranquilo; sin embargo, buena parte de los observadores dudan de que las nuevas condiciones continúen y se fortalezcan.
Seny Hernández