Personas de todas las edades e incluso con problemas físicos acudieron a venerar al Nazareno de San Pablo
Miles de personas de diferentes edades hicieron presencia el pasado miércoles en la Basílica de Santa Teresa para acudir a la misa de conmemoración del Nazareno de San Pablo.
Desde muy temprano llegaron numerosos feligreses vestidos con túnicas moradas y, de manera ordenada, hicieron la cola para ingresar a recinto, a pesar del sol y del calor. Muchas personas estaban desde el día anterior, esperando con mucho entusiasmo para entrar al templo, algunas estaban descalzas, otras solo vestían con el color morado.
Al comenzar la entrada a la Basílica, los feligreses agradecían y expresaban su amor, respeto y fe al Nazareno.
Muchos tenían lágrimas en el rostro mientras que hacían sus peticiones antes de entrar a la iglesia. La devoción estuvo a flor de piel, la multitud escuchó atentamente la misa y a su vez muchos se agrupaban para ver y rezarle a la imagen del Nazareno, adornado por miles de orquídeas como en otras oportunidades.
En las afueras de la iglesia estuvieron presentes efectivos de la Guardia del Pueblo, Guardia Nacional Bolivariana, Policía Nacional Bolivariana, Policía de Caracas y Bomberos del Distrito Capital, quienes vigilaron la zona y prestaron auxilio a las personas mayores.
Cada petición era diferente, pero todas con el único fin de ser escuchados por el Nazareno, según lo expresó José Alonzo, quien estaba en la cola. “Vengo todos los años, ya son siete, con la misma fuerza y fe y pidiendo por el mundo, para que se acaben los problemas, queremos vivir en paz. Mi esposa estuvo enferma un tiempo y sanó gracias al Nazareno”.
Muchas familias se dejaron ver en la celebración, como es el caso de Mariyeli Rondón. “Mi familia me entregó al Nazareno, hace cuatro años me enfermé y me operaron, gracias a él estoy sana , tengo mucho que agradecerle, vengo con mi familia siempre”.
De manera contraria, Luis Bermúdez asistió solo a la misa. “Estoy aquí por mi sobrina que estaba enferma, tengo dos horas en la cola, pero no importa, mi fe es más grande que el cansancio, desde hace cinco años vengo a la misa del Nazareno y lo seguiré haciendo hasta el final de mis días”, afirmó.
Carla Ustáriz A.