De Cuba era el mesonero, el cocinero y todo el equipo médico; uno de los miembros de ese equipo tenía la misión de desplazarse siempre junto a Chávez llevando el maletín de emergencia médica
Consta en documentos públicos, notorios y comunicacionales que Chávez proclamó, junto con Fidel Castro, que Venezuela y Cuba son “dos países y una misma nación, con una sola bandera”. Desde luego, la bandera cubana que ondea en edificios públicos e instalaciones militares. Venezuela dejó de existir. Estamos en Cubazuela.
Consta igualmente en documento público, notorio y comunicacional de 2014 que Jorge Arreaza, entonces Vicepresidente, aclaró que el gobierno de Maduro continuaría con la sumisión a Cuba. Sus palabras fueron: “los cubanos no se van a ir de aquí; no hay vuelta atrás en la unión entre Cuba y Venezuela”. Agregó: “levantar las banderas contra la revolución cubana, levantar la voz y decir: fuera los cubanos de Venezuela, es un insulto”.
Resulta evidente que Cuba tomó primero posesión de Chávez. Lo convirtió en su títere y a Venezuela en Cubazuela.
Cuando estaba moribundo escogió a Maduro para sucederlo en la función de títere. Después del 6D, y a pesar del resultado de la elección parlamentaria, seguimos siendo Cubazuela. Y lo seguiremos siendo mientras los 112 diputados electos el 6D no se decidan a que volvamos a ser Venezuela otra vez, asumiendo como tarea fundamental y primaria la liberación nacional para recuperar la soberanía. Mientras no lo hagan, ellos son diputados de Cubazuela.
Veamos cómo los presidentes de la V República se han rebajado ante Cuba: “Testigo de la creciente toma de posiciones de personal cubano en el aparato de mando venezolano es un antiguo alto funcionario que trabajó en el Palacio de Miraflores.
Recuerda los privilegios de movimiento que tenían los agentes de seguridad enviados por La Habana para la protección de Chávez, muy similares a los que mantiene Maduro, que heredó la custodia de guardaespaldas de entrenamiento castrista.
Para acceder a las dependencias de Miraflores, de acuerdo con este testimonio, existían cuatro tipos de carnets con franja amarilla, azul o roja. Una identificación con los tres colores era la única que abría la puerta del palacio presidencial. Sólo disponían de ella el jefe de la Casa Militar y los cubanos de la seguridad personal de Chávez”.
Sigue: “En Miraflores había destinados alrededor de diez cubanos que formaban parte del anillo número uno de seguridad, ocupado de la custodia del presidente y su atención personal. De Cuba era el mesonero, el cocinero y todo el equipo médico. Uno de los miembros de ese equipo tenía la misión de desplazarse siempre junto a Chávez llevando el maletín de emergencia médica”.
Continúa: “La comunicación con Cuba era telefónica y electrónica. Pero también había envíos semanales que revestían todo el simbolismo de la entrega de instrucciones expresas dictadas desde lo más alto (los Castro, monarcas cubanos).
Todos los lunes por la tarde llegaba un sobre al aeropuerto de Maiquetía en un aparato de Cubana de Aviación.
El sobre debía ser recogido en persona por un viceministro, que se lo entregaba al ministro del Despacho del Presidente y el ministro se lo entregaba a Chávez.
Se desconoce el contenido de esas comunicaciones, pero a juzgar por el ritual del procedimiento seguido, debía corresponder a un envío postal secreto probablemente de la presidencia cubana”.
Tenemos, pues, que los presidentes de Cubazuela son, al mismo tiempo, títeres y rehenes de Cuba. Son títeres porque obedecen órdenes de la monarquía comunista cubana. Son rehenes porque su persona está bajo el control de Cuba, a la cual pertenece su cuerpo de seguridad personal.
Al ser rehenes, no pueden dejar de ser títeres porque su vida está en manos de Cuba. Cualquier gesto de independencia frente a Cuba puede provocar que su propia guardia cubana lo mate por órdenes de La Habana.
Resulta aún más evidente por el hecho de que Maduro viaja al extranjero únicamente en aviones de Cubana de Aviación. Se presenta así ante los demás países como un títere de Cuba. Al mismo tiempo, no puede escaparse de los Castro, yéndose a escondidas de ellos.
Los Castro son los que autorizan el plan de vuelo que cumplen los pilotos cubanos.
Ahora bien, pregunto primero al Parlamento Civil (AN): ¿no amerita siquiera un debate la situación de títere-rehén de Cuba en que se encuentra Maduro? Y pregunto también al Parlamento Militar: ¿no amerita siquiera deliberar sobre la situación de títere-rehén de Cuba en que se encuentra su Comandante en Jefe? Les recuerdo que Chávez convirtió la función de Comandante en Jefe en grado militar máximo, el que ha heredado Maduro.
¿Tendrían la amabilidad ambos parlamentos de informarnos las conclusiones de sus deliberaciones a nosotros los civiles que formamos la plebe?
Jesús Petit da Costa