El exreceptor de los Tigres, Álex Ávila, daba la mejor descripción de cómo lanzaba Aníbal Sánchez cuando al venezolano le iba bien.
El derecho podía estar usando cuatro o cinco pitcheos distintos, señalaba Ávila, pero todos lucían parecidos cuando le salían de la mano. Como consecuencia, lo que daba la impresión de ser el mismo pitcheo se movía en cuatro direcciones distintas camino al plato, por lo general hacia las rodillas o más abajo.
“No es un lanzallamas que vaya a tirar entre 95 y 96 (millas por hora)”, dijo una vez Ávila acerca de Sánchez, “pero puede engañarte con su recta que tiene bastante movimiento”.
Eso fue en 2013, cuando Sánchez encabezó la Liga Americana con promedio de carreras limpias de 2.57 y empató su marca personal con 202 ponches. En abril de ese año, Sánchez incluso fijó un récord de la franquicia al ponchar a 17 bateadores en un juego contra los Bravos.
Pero el 2013 fue la última vez que Sánchez realizó más de 25 aperturas en una campaña. Luego de sumar 29 salidas en aquella campaña, en la cual trabajó 182.0 episodios, el oriundo de Maracay ha hecho apenas 46 aperturas en las últimas dos temporadas.
En ese tramo, se ha visto entorpecido por una cortada en un dedo, una ampolla reventada, un tirón en un músculo pectoral y una inflamación en el manguito rotador del hombro de lanzar que le puso fin a su decepcionante temporada de 2015. Una inflamación en el tríceps derecho volvió a generar preocupación a principios de la primavera.
Sin embargo, cuando Sánchez regresó a la acción la semana pasada y se subió a la lomita para su debut en la Liga de la Toronja este año, el catcher actual de Detroit, James McCann, tuvo la misma reacción que su antecesor.
“Todos los lanzamientos se veían similares”, indicó McCann. “Es un muchacho que tiene como 17 millones de lanzamientos en su repertorio y todos fueron eficaces. Se vio bastante bien”.