Detroit Pistons y Houston Rockets aprovecharon descanso de Kevin Durant y LeBron James. Golden State Warriors lleva 67-7, con 54 victorias seguidas
“La oportunidad –reza el viejo dicho- la pintan calva”. El martes se presentó para Detroit y Houston al enfrentar a Oklahoma y Cleveland (que dieron descanso a algunos jugadores importantes) para un par de triunfos significativos en estos finales de calendario. Especialmente el primero, que se apoderó del séptimo lugar del Este y dio un paso casi decisivo para su entrada a play-off. Del otro lado, Golden State sumaba su victoria 67 (54 seguidas en casa), avanzando hacia el récord de 72.
Los Thunder, ya clasificados e inamovibles del tercero en el Este, dieron jornada de reposo a Kevin Durant y a Serge Ibaka. Y los Pistons sacaron partido pues con Marcus Morris en 24 puntos Andre Drummond en 13 y 15 rebotes y Reggie Jackson (13) 4 tiros libres en los segundos finales, dominaron el tercer cuarto 25-9 y ganaron 88-82 para desplazar a Indiana, sacando 2.5 juegos al noveno. Restándole 7 juegos, será difícil sacarlos de la postemporada. Por Oklahoma, Russell Westbrook dejó 24 puntos y ahora le queda el juego de esta noche ante Clippers para superar los 7 triple-dobles de Michael Jordan en un mes e igualar los 17 de Magic Johnson en una campaña.
Los Rockets, por su parte, toparon en Cleveland con unos Cavaliers sin LeBron James ni J. R. Smith, que recibieron descanso. Aun así, los de casa parecían dominar el partido, solo que una vibrante reacción, que llevó a descontar 20 puntos, le dio el triunfo a la visita 106-100. Valiosísimo el logro para Houston, que se mantuvo octavo en la dura lucha por la clasificación en el Oeste, a medio juego de Utah y otro tanto sobre Dallas, mientras Kyrie Irving lograba, con 31 puntos, la mejor anotación individual de Cleveland y de la noche.
En Chicago aún respiran. Un doble de Jimmy Butler a 3.7 segundos del final decretó emocionante triunfo sobre Indiana, lo que bajó a este del séptimo, dos juegos todavía sobre sus vencedores. Gran figura resultó Nikola Mirotic, anotador de 28 puntos (7 triples, tope de la jornada, en 13 intentos), Gasol aportó un doblete de 10 y 11, mientras por los Pacers Paul George anotaba 20.
Los Warriors llegaron a 67 triunfos venciendo a los Wizards 102-94 para sumar 54 corridos en casa. Stephen Curry anotó 26, con 7 rebotes, 7 asistencias y 5 robos, Danny Green estuvo colosal, a un paso del 13er triple doble (15-16-9, 6-4 de cancha 4-3 en triples), Thompson aportó 16 y Barnes 10. Por Washington Beal dejó 17 y Wall 11 asistencias, con solo 8 puntos, cortando su racha de nueve doble-dobles consecutivos.
Orlando (Andre Nicholson 24 y 8 en doble dígito anotador) superó 139-105 a Brooklyn (Robinson 18). Charlotte (Batum con triple doble de 19-12-12) 100-85 a Filadelfia (Covington 18).
Posiciones:
ESTE: Cleveland 52-22, Toronto a 2.5, Atlanta 7.5, Miami 8.5, Boston y Charlotte 9, Detroit 12.5, Indiana 13, Chicago a 15 y Washington a 16.
OESTE: Golden State 67-7, San Antonio a 5, Oklahoma 15.5, Clippers 20.5, Memphis 26, Portland 28.5,Utah 30, Houston 30.5 y Dallas 31.
Escándalo en LA
No hay despedida perfecta cuando cuesta tanto decir adiós. Pero la de Kobe Bryant es definitivamente la antítesis de la partida que tenía idealizada. Su deseo siempre fue el de dejar su legado en manos de jugadores que tuvieran una mezcla de personalidad, carácter, calidad y competitividad que garantizaran un futuro cargado de éxitos a la franquicia por la que tanto luchó. Sin embargo, del mundo de las ideas de Kobe, del porvenir de púrpura longevo y oro reluciente a la realidad hay un trecho. El escudo de los Lakers está manchado y costará mucho darle el brillo de antaño. Y es que lo que realmente deja tras de sí Kobe es un nido de aves carroñeras que no saben ni volar por su cuenta.
La contradicción en la que viven los Lakers es arrolladora. Por un lado tenemos a un Kobe que está haciendo la gira de un adiós programado mientras el equipo se desmorona con una falta de compromiso alarmante que desemboca en resultados desastrosos, episodios de infidelidades y de comportamientos más propios de niños ricos sin educación. Los Lakers se pierden más todavía en la deriva deportiva, institucional y, ahora, con la confianza mermada en las relaciones personales.
Armando Naranjo
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AFP / Sevald/Einstein