El presidente estadounidense, Barack Obama, alertó este viernes sobre la amenaza de un ataque nuclear por los «lunáticos» yihadistas del grupo Estado Islámico, a pesar de los esfuerzos internacionales para evitarlo.
Durante una cumbre sobre seguridad nuclear en Washington, Obama, que abandonará la Casa Blanca en enero, pidió cooperación a la comunidad internacional para evitar que los «terroristas» obtengan material atómico o ataquen instalaciones nucleares.
«Hemos reducido ese riesgo. Pero la amenaza del terrorismo nuclear persiste y continuará», dijo el mandatario estadounidense al abrir la sesión de plenaria de la cumbre, la cuarta de estas iniciativas lanzadas por Obama en 2010.
Latente entre el medio centenar de jefes de Estado y de Gobierno que participan de la cumbre está el temor de que grupos radicales puedan obtener material atómico para una ‘bomba sucia’: una explosión no nuclear que sin embargo diseminaría partículas radioactivas en el ambiente.
Las preocupaciones por ese tipo de ataques se potenciaron tras descubrirse que dos de los implicados en el atentado en Bruselas estaban relacionados con videos de vigilancia que muestran todos los pasos de un agente belga del sector nuclear.
«El Estado Islámico ya ha usado armas químicas, incluido el gas mostaza, en Siria e Irak», dijo Obama.
«No hay duda de que si estos lunáticos obtienen una bomba nuclear o material nuclear, definitivamente los usarían para seguir matando a la mayor cantidad de personas inocentes como puedan», añadió.
Según el mandatario estadounidense, unas 2.000 toneladas de material nuclear están almacenadas en todo el mundo en instalaciones civiles y militares, algunas de ellas no complemente seguras.
«Tan solo una pequeña cantidad de plutonio – del tamaño de una manzana- mataría y heriría a miles de inocentes», dijo Obama, advirtiendo de una posible «catástrofe humanitaria, política, económica y ambiental con ramificaciones mundiales por décadas».
Aunque la cumbre está enfocada en los inventarios de material fisionable, otras preocupaciones nucleares fueron inevitablemente invitadas a la mesa de los líderes mundiales, incluyendo la insistencia de Corea del Norte de continuar sus ensayos nucleares y sus pruebas con misiles prohibidos por la ONU.
El régimen de Pyongyang lanzó el viernes otro misil de corto alcance, el último de una serie de lanzamientos recientes que intensifica las tensiones militares en la península coreana.
Durante la cumbre, a la que asistieron por América Latina los presidentes de México, Argentina y Chile, y el canciller de Brasil, el gobierno de Buenos Aires informó que eliminó sus últimos cuatro kilos de uranio altamente enriquecido, lo que deja a toda la región libre de este material, anunció la Casa Blanca.
De acuerdo con el gobierno estadounidense, Argentina había eliminado ya más de 40 kilos de uranio altamente enriquecido pero restaban cuatro kilos que no podían ser eliminados «a causa de su forma y composición».
Al margen de la cumbre, las potencias también repasaron un asunto que mantuvo en vilo a la comunidad internacional en los últimos años: el acuerdo nuclear con Irán, que entró en vigor en enero.
Obama estimó que «tomará tiempo» para que Irán se reintegre plenamente a la economía global, en respuesta a las críticas de Teherán sobre el lento ritmo del levantamiento de las sanciones.
Las discusiones propiamente dichas sobre políticas de seguridad nuclear abarcarán un intercambio – a puertas cerradas- en torno al escenario ficticio de un incidente nuclear, algo inédito en las tres cumbres anteriores.
La jornada acabará con una conferencia de prensa del presidente estadounidense. AFP
YM