“No se angustien, confíen en dios y confíen en mí también en mí. en el hogar de mi padre hay muchas moradas, si no fuera así ya se los hubiera dicho a ustedes. voy a prepararles un lugar y si me voy y se lo preparo, vendré para llevármelos conmigo. así ustedes estarán donde yo esté. ya conocen el camino para ir donde yo voy”, Juan 14:1-4.
“Yo soy el camino, la verdad y la vida-contestó Jesús- nadie llega al padre sino por mí”, Juan 14-6.
“Pero les digo la verdad: les conviene que me vaya, porque si no lo hago, el consolador no vendrá a ustedes, en cambio si me voy, se lo enviaré a ustedes y cuando él venga convencerá al mundo de su error, en cuanto al pecado, a la justicia y al juicio. en cuanto al pecado, porque no creen en mí, en cuanto a la justicia, porque voy al padre y ustedes ya no podrán verme y en cuanto al juicio, porque el príncipe de este mundo ya ha sido juzgado”, Juan 16:7-11.
Estos y muchos otros versículos de las Santas Escrituras hablan de la promesa de Nuestro Señor Jesucristo y Salvador, de regresar al mundo a buscar a su iglesia, ya que tenemos un Dios vivo al único a quien debemos obedecer, adorar, alabar, amar, honrar y glorificar.
Jesucristo venció a la muerte y a Satanás, quien se había apoderado del ser humano por su pecado y con su sacrificio en la cruz nos dio la oportunidad de ser perdonados por el Padre y reconciliarnos con Él para ser salvos y limpios con su sangre bendita, prometiéndonos la vida eterna a quien lo recibamos como nuestro Salvador personal.
El cristianismo no es una religión, es entregar nuestra vida a Jesucristo y aceptarlo como nuestro señor y salvador.
Dios te bendiga y te guarde. Hasta el próximo encuentro con La Palabra de Dios
Lic. Beatriz Martínez (CNP 988)
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