Keiko Fujimori ganaba el domingo las elecciones presidenciales de Perú seguida de Pedro Pablo Kuczynski y ambos se encaminaban a una segunda vuelta el 5 de junio, según el 40,3% de las actas escrutadas.
Fujimori, de Fuerza Popular (derecha), obtenía 39,18% frente a Kuczynski de Peruanos Por el Kambio (centroderecha) con 24,25%, mientras que Verónika Mendoza del Frente Amplio (izquierda) se alejaba con un 15,5%, según los datos oficiales.
El resultado de Keiko fue ampliamente celebrado por fieles militantes en las afueras de su local de concentración en un hotel limeño.
La ganadora de la primera vuelta fue recibida por sus seguidores con gritos enfervorizados de «Keiko presidenta, Keiko presidenta», mientras agitaban banderas naranjas, color elegido por su padre el hoy preso expresidente Alberto Fujimori, cuando creo su movimiento hace 26 años.
«Esos millones de peruanos que han confiado en el plan Perú -como denomina a su programa de gobierno- obviamente están pidiendo un cambio. Esta es una gran responsabilidad que vamos a honrar», aseguró.
Pero no todos están satisfechos con los resultados. El trending topic de Twitter en Perú ha sido #PrayForPeru, lamentándose por la llegada de Fujimori en primer lugar.
Keiko Fujimori, de 40 años, inmediatamente dejó en claro que necesitará conciliar para gobernar Perú, en una velada alusión a quienes han marchado en su contra «Este mapa que se ha dibujado nos muestra claramente que el Perú quiere la reconciliación, que no quiere más pelea (…) Tenemos que volver a pisar el acelerador del crecimiento para que llegue sobre todo a las poblaciones más alejadas», dijo.
Más temprano, su hermano Kenji, el menor del clan Fujimori, había reconocido que, de ganar la presidencia, no podrán gobernar solos, y tendrán que forjar alianzas.
Kenji es el más votado para el Congreso unicameral, donde el fujimorismo tendrá más de 60 escaños de un total de 130, según estimaciones, consolidándose como la mayor fuerza política del país.
En momentos en que Perú lamenta la muerte de siete personas tras un ataque de remanentes de la guerrilla Sendero Luminoso a un convoy militar en la selva central del país, en la víspera de los comicios, Keiko Fujimori aprovechó para recordar que ella podría combatirlos, como lo hizo su padre, que los diezmó.
«De llegar a ser gobierno vamos a devolver esa paz y tranquilidad que ayer se vio interrumpida (…) Lamentar también que este gobierno haya permitido que la delincuencia avance en las calles y que Sendero siga quitando la vida y derramando sangre en el país», agregó.
Su padre, Alberto Fujimori, fue presidente entre 1990 y 2000, y hoy purga una pena de cárcel por corrupción y crímenes de lesa humanidad.
Keiko Fujimori había liderado, con un tercio de las preferencias de voto, los sondeos previos a los comicios, en los que había 10 candidatos en liza.
Pero los especialistas coinciden en que la segunda vuelta significa comenzar de cero. De acuerdo con las estimaciones, en caso de que se enfrente con Kuczynski -popularmente conocido como PPK- éste tendría más posibilidades de ganarle a la hija de Fujimori que Verónika Mendoza, quien también se había perfilado como favorita.
PPK, economista de 77 años, concertista de flauta y primo del cineasta Jean Luc-Godard, tomó con calma las estimaciones, pero una amplia y distendida sonrisa evidenciaba su alegría.
«Quiero agradecer a todos los que votaron por mí o por otros. Vamos a trabajar, trabajar y trabajar», dijo cuando ya el conteo rápido de las encuestadoras lo daba como fijo en el segundo puesto.
«Nuestro programa es que el Perú progrese (…) Vamos a buscar a la mejor gente de todas las tiendas políticas para tener un equipo de primer nivel», aseguró. «No queremos un país peleado, queremos un país en armonía», comentó.
Keiko Fujimori perdió en segunda vuelta en las anteriores elecciones en las que fue vencedor el presidente saliente, Ollanta Humala.
En los últimos días hubo una campaña feroz contra Mendoza, una congresista de izquierda de 35 años que se metió sorpresivamente en la quiniela de los presidenciables con un mensaje fresco en el que preconiza un mayor papel del Estado.
Recaba su apoyo, sobre todo, en las zonas rurales y el sector menos favorecido de la sociedad, mientras que a Kuczynski lo apoyan las clases media-altas de Lima y Arequipa. La capital es el mayor centro electoral del país con casi un tercio de los votos.
En un país con una economía boyante en la última década, pese a la desaceleración de los tres últimos años, que ha reducido a la mitad su crecimiento (en torno al 3%), «el hartazgo no está tanto del lado económico, sino del político, por la corrupción», dijo Luis Benavente, director de la encuestadora Vox Populi.
Además de la corrupción, la inseguridad es otra de las grandes preocupaciones de los peruanos y una importante exigencia del electorado, temas en los que el próximo presidente tendrá que trabajar. AFP
YM