En la urbanización José Amado Rivero en Quíbor, en una casa de la vereda 14 entre calles 17 y 18 de estaban dos medios hermanos del muchacho (hijos del mismo papá) y el anfitrión de 15 años de edad, quien pensó que sería divertido enseñarles un “objeto” que tenían sus familiares en una de las habitaciones, lo buscó y luego lo llevó a la sala para enseñárselo a sus amigos, era un arma de fuego tipo escopeta que alguien había dejado cargada, y como el adolescente era inexperto, se le descargó por error.
Los dos medios hermanos salieron a la vereda a pedir auxilio, cuando finalmente un adulto se acerca a la escena, el adolescente de 12 años que soñaba ser futbolista estaba muerto. En pocos minutos el lugar se abarrotó de vecinos que lamentaban el suceso, cuando llegó la mamá la escena fue tan dramática que muchos también comenzaron a llorar, le habían arrebatado a su único hijo varón.
Se supo que en el interrogatorio que los detectives del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas les hicieron a los testigos, el niño que disparó admitió y los otros dos no paraban de llorar.
Se conoció que los investigadores realizarán la reconstrucción versada de los hechos para determinar la secuencia de los mismos y corroborar que no hubo intención, esta diligencia está dirigida por el Ministerio Público.
Por ahora se desconoce si el adolescente que disparó, que continúa retenido, será imputado por homicidio culposo (sin intención).